Los especialistas apuntan que nos espera, tras esta segunda ola de contagios por la Covid-19, una tercera que fechan en los primeros compases del año que viene. Pero es posible que nos quede aún, una ola más, que no tiene que ver con los contagios propiamente dichos, sino con las consecuencias que la pandemia pueda traer a nuestra salud mental. Una ola de alteraciones anímicas y psicológicas para la que, nos dicen los expertos, no estamos preparados. Una ola que podría desbordar a los profesionales de una especialidad que no es, precisamente, una de las fortalezas del sistema público de salud. El 40% de los que han participado en una encuesta del Consejo Nacional de Psicología tienen síntomas depresivos.
“Te puede ir muy bien la vida y tener un episodio depresivo porque la situación actual que estamos viviendo te lo desencadena”, nos dice Miguel Ruiz que es psiquiatra del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. “Nos puede pasar a cualquiera y no hay que sentirse culpable sino pedir ayuda y hacerlo a través de nuestra atención primaria”, nos recomienda.
La medicación ayuda a superar estas patologías, pero también las terapias. “Llevar a la persona que reconozca que, aunque tiene un malestar emocional y situaciones adversas en su vida, también tiene otras cosas en su vida que pueden ser benéficas”, afirma Manuel Jesús Martínez, psicólogo clínico. “¿Dónde está el punto donde una afectación emocional es normal y es patológica? Cuando afecta al ejercicio de la vida diaria de una persona”, alerta.
Es fundamental que las personas que, debido a esta pandemia y a las inquietudes que nos genera, detectan episodios de estrés o ansiedad, que sepan que hay herramientas para superar o convivir con unos trastornos que afectan a muchas más personas de las que pensamos.
Una experiencia que puede quebrarnos
En España tenemos 6 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, un tercio de la media del resto de países europeos. Un dato que nos sitúa en una posición de desventaja, sobre todo ahora que la crisis sanitaria del coronavirus está dando paso a otra más silenciosa que se asocia con problemas como el estrés o la ansiedad. El aislamiento social, la pérdida de seres queridos del trabajo o simplemente la incertidumbre por la situación excepcional que nos está tocando vivir pasan factura.
Según la OMS la Covid-19 tiene un profundo efecto en la salud mental de millones de personas. Los profesionales nos recuerdan que la salud mental genera más productividad, menos enfermedad y más felicidad.