Este año, 31 mujeres han muerto en Portugal hasta el 15 de noviembre. La mitad, 16, a manos de sus parejas o ex parejas, en lo que las leyes siguen denominando violencia doméstica. En la mayoría de esos casos había denuncia previa, aunque el porcentaje total de denuncias es muy bajo, sólo entre un 8 y un 10% de las víctimas se atreve a denunciar.
Ocho llamadas al día es la media de atenciones que hacen telefónicamente en uno de los centros que existen en Lisboa, justo ahora que el país se ha vuelto a confinar por la pandemia de coronavirus. Son muy pocas, nos cuentan desde las asociaciones feministas, porque cuesta tramitar una denuncia. Y son pocas las que llegan a los tribunales. En 2017 sólo un 15% de ellas prosperaron.
La violencia machista asola Portugal
La pandemia ha agravado la situación
Este año no se han producido manifestaciones masivas de protesta contra la violencia machista como en 2019. El coronavirus lo está marcando todo. Ha habido menos denuncias porque la pandemia ha silenciado a las mujeres, quizás como una estrategia de defensa. Las portuguesas se confinaron incluso antes de que se decretase el estado de alerta en marzo.
Según la red nacional de apoyo a las víctimas de violencia doméstica en la primera ola hubo más de 24.000 registros telefónicos y 499 mujeres tuvieron que ser acogidas. En estos casos fueron mujeres que estaban al límite y que denunciaron después de haber llegado a una situación extrema.
A los números de urgencia 112 y 144 se han sumado otras líneas telefónicas locales en el país, así como otros servicios de atención por redes sociales. Pero es insuficiente. Muchas víctimas desconocen los medios. Ahora que la pandemia vuelve a extenderse, se teme que con los nuevos confinamientos vuelva a empeorar la situación para las mujeres que conviven con sus agresores.
Por eso este año las iniciativas se centran en dar información sobre los derechos que tienen las mujeres portuguesas. Que sepan que tienen un sistema detrás que las apoya. La violencia doméstica en Portugal es un crimen público y cualquiera puede denunciar aún sin consentimiento de la víctima.
¿Por qué hay tantas víctimas de violencia de género que no denuncian?
Asignaturas pendientes
Pero Portugal tiene una asignatura pendiente. Le falta reconocer en sus leyes el agravante de género. Es una de las principales reivindicaciones feministas en un país donde la violencia se ha visto siempre ligada al ámbito doméstico y conyugal.
Y además con sentencias polémicas y muy criticadas como la de un juez en Oporto que justificó en 2017 la violencia ejercida del marido contra su ex mujer y su amante porque había habido adulterio.
Cinco Continentes - Portugal, de luto nacional por la violencia de género por primera vez en su historia- Escuchar ahora
En el 66% de los feminicidios, en los últimos diez años según informan las autoridades policiales víctima y agresor eran pareja. Y en la más de la mitad de los casos el agresor ya había sido denunciado.
La red nacional de apoyo a las víctimas en Portugal tiene actualmente en funcionamiento 180 centros de atención, 26 son de emergencia y 36 pisos de acogida.