El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón ha ordenado investigar al que fuera director de Seguridad Corporativa de Repsol, Rafael Araujo, y al ex jefe de Seguridad de CaixaBank, Miguel Ángel Fernández Rancaño -ambos comisarios ya jubilados- por los encargos que realizaron al comisario José Manuel Villarejo en el marco del caso 'Tándem'.
El magistrado quiere esclarecer si efectivamente Araujo y Fernández Rancaño encargaron a Villarejo el espionaje al expresidente de Sacyr Vallhermoso, Luis del Rivero, que también está citado como testigo, según el auto al que ha tenido acceso RTVE. Si se confirma, sería la segunda vez que el comisario investiga a Del Rivero, después de hacerlo para el BBVA, un asunto que se investiga en otra pieza separada.
Los hechos se enmarcan en una operación de 2011, cuando Araujo presuntamente contrató a Villarejo para evitar que Sacyr, uno de los grandes accionistas de Repsol, llegara a un acuerdo con Pemex, para hacerse con el control del consejo de administración presidido por Antonio Brufau.
Imputados por cohecho y revelación de secretos
Además de los antiguos cargos de la petrolera y la banca, están citados a declarar en calidad de investigados el propio Villarejo, su socio Rafael Redondo y el ex subdirector de Seguridad de Repsol, Rafael Girona Hernández. A los cinco les imputa delitos de cohecho y descubrimiento y revelación de secretos.
Por otro lado, el magistrado acuerda la declaración como testigos al expresidente de Sacyr Luis del Rivero (que ya estaba personado como perjudicado), al encargado de Seguridad Rodrigo Ávarez Vázquez y al antiguo director financiero de Repsol YPF, Fernando Ramírez Mazarredo.
En esa pieza separada que versa sobre el denominado 'Proyecto Wine', que se abrió en diciembre de 2019, la Fiscalía Anticorrupción indaga en el trabajo ilícito que el comisario jubilado y en prisión provisional habría realizado a través de su empresa Cenyt para la energética y la caja catalana.
El papel de La Caixa
Como en otras piezas separadas de la causa, las diligencias se iniciaron gracias a la documentación y los audios que atesoraba el comisario en su vivienda, quien durante años estuvo registrando reuniones y conversaciones con terceros y a quien le fueron intervenidos 40 terabytes de información en su detención.
La Caixa entró en el accionariado de Repsol en la década de los noventa, llegando a convertirse en uno de sus principales accionistas con un 12 por ciento del capital, con presencia en el consejo de administración.
La entidad financiera promovió el nombramiento de uno de sus directivos, Antonio Brufau, como presidente de la petrolera, y jugó un papel relevante a la hora de garantizar la estabilidad de la compañía durante el intento de Pemex y de Luis del Rivero de promover cambios en su cúpula.
El cambio en la normativa de las cajas de ahorros llevó a que CaixaBank, controlada por la Fundación bancaria La Caixa, anunciara en septiembre de 2018 su intención de ir abandonando progresivamente el capital de la petrolera, cuando aún ostentaba el 9,36%.