El caminar del ensayo El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo (Siruela), de Irene Vallejo (Zaragoza, 1979), es el de un éxito callado como si emulara las hazañas de los héroes griegos y romanos a los que ha devuelto la voz.
Sin ningún tipo de promoción reglada, las recomendaciones de los libreros y el boca oreja de los lectores lo han elevado al olimpo de “fenómeno” editorial-y casi milagroso-durante la pandemia.
“Ha sido conmovedor. Durante el confinamiento ha habido lectores que me han dicho que en esa angustia, el libro ha sido un viaje liberador. Otros me decían: ‘mi madre está en el hospital, no puedo ir a verla donde me aferro y encuentro la tranquilidad es en tu libro”, relata la escritora a RTVE.es.
El infinito en un junco (449 páginas) ya ha vendido más de 100.000 ejemplares y no hay premio que se le resista: desde del Ojo Crítico de Narrativa de RNE, el galardón Las Librerías Recomiendan de No Ficción 2020 al relumbrón del Premio Nacional de Ensayo hace tan solo unas semanas.
Vallejo ha tejido con pericia una aventura épica, humorística y didáctica acerca de la cuna del conocimiento y de los libros en el mundo clásico, y la alabanza es unánime por parte de autores como Vargas Llosa o Luis Landero.
Esta filóloga clásica ya había publicado varios libros como La luz sepultada (2011) o El silbido del arquero (2015) y aunque hasta ahora confiesa que vivía de la literatura como si fueran "los bolos de los músicos", no ha sacado un conejo de la chistera.
Planteó una estructura compleja como “un guión de cine” en el que mixtura referencias autobiográficas, películas, series, batallas, citas y traducciones con saltos en el tiempo constantes, apuntalados en una minuciosa investigación sobre los formatos de la escritura y más.
Un “experimento” creado para empujar los límites del ensayo, señala, sobre este triunfo “emocionante, desbordante e inesperado” e inmersa en plena vorágine de entrevistas en las que habla con entusiasmo de esta joya narrada con el ritmo de “los cuentacuentos de toda la vida que te dejaban ganas de más”.
PREGUNTA: ¿De haberlo escrito durante este tiempo habría incluido referencias de los clásicos sobre cómo sobrellevar la pandemia?
REPUESTA: Sí, hubiera hecho referencias más explícitas a lo que está ocurriendo, porque por ejemplo hablo del Nobel a Dylan (2016) que sucedió mientras escribía, pero en muchos de los capítulos hablo de cómo los libros han sido un apoyo, un refugio, y una vitamina en momentos de sufrimiento y de catástrofes, creo que de alguna manera conectan con lo que está pasando ahora.
No hablo de epidemias pero sí de campos de concentración nazis y de gulags. En uno de los textos cito el diario Echt Dachau del autor Nico Rost. El protagonista está en el campo de concentración de Dachau en la enfermería donde hay una epidemia de tifus. Los prisioneros se enfrentaron a la enfermedad y al miedo montando una especie de club de lectura clandestino. Ellos combaten la amenaza atmosférica contándose historias, si pueden conseguir libros, con los libros, y así se ayudaban.
En estos tiempos de confinamiento ha habido servicios telefónicos de gente que leía o contaba historias a otras personas que estaban solas. Nico Rost dice una cosa muy bonita: "Lo que nos salvaba la vida era la vitamina L (Lectura) y la F (Futuro)". A través de los libros y la cultura se salva uno.
P:¿Qué le debemos a la gran Biblioteca de Alejandría en Egipto que atraviesa todo el ensayo?
R: Era un lugar de culto a las musas pero también le dio a la palabra ese papel tan importante como para crear una institución que la proteja y la preserve. No hay un acontecimiento equivalente a la misma escala en las civilizaciones anteriores.
Luego el proyecto de traducción de todas las grandes civilizaciones conocidas y la parte de organización bibliotecaria. Se enfrentaron a la mayor colección de libros que se había conocido nunca. Son el antecedente de Internet y de la informática.
A nuestros aparatos informáticos los llamamos ordenadores no es que sean archivos. Y eso tiene que ver con el concepto de organización de la información que ya tenían en Alejandría.
La intuición de que la literatura es patrimonio cultural es muy importante. Aunque los libros se han destruido y ni siquiera encuentran los restos arqueológicos de la primitiva biblioteca, su leyenda y los fundamentos intelectuales sobre los que se asentó, han transformado el mundo.
P: Los libros han sido pasto de las llamas en numerosas ocasiones como en la Biblioteca de Sarajevo en la Guerra de los Balcanes en 1992, el nazismo, lecturas prohibidas... Por otra parte, el humor contestatario siempre ha quedado al margen como la sátira de Aristófanes. Al final, la historia se repite.
R: Del humor me interesaba destacarlo porque parece un género de segunda categoría en la literatura y en los premios se suele preferir obra seria, pero si lo vemos desde la perspectiva del choque de la censura, el humor siempre ha estado en la vanguardia de la oposición y es lo que más se ha perseguido. El humor también pretende ser un canto a esa rebeldía.
Desde los primeros tiempos que se tiene noticia se ha intentado destruir los libros. Llega hasta nuestros días, no con la misma saña, pero sigue habiendo ataques.
En el caso de la Biblioteca de Sarajevo fue horrible porque no solo formó parte de un plan de extermino de su población, sino también a sus libros que son parte de su memoria y querían borrarlos.
Eso me hace pensar que si los libros reciben tantos ataques a través de la historia y algunos recientes como es el caso de Salman Rushdie (Los versos satánicos, 1988), realmente quiere decir que se siguen percibiendo como objetos poderosos.
P: El papel de las mujeres como Safo y otras poetas silenciadas, la inteligencia de Hipatia de Alejandría o la sagacidad de Aspasia, esposa y mano derecha de Pericles... el papel de estas mujeres es tan memorable como casi suicida por la valentía y usted las rescata en este ensayo.
R: Era uno de los objetivos. Echaba de menos que en las historias generales estuviese presente ese relato. Si que tendemos en las monografías a hacer capítulos aparte para las mujeres.
Yo quería que formasen parte del todo y quería explicar que aunque se hayan perdido sus obras, al menos hay huellas de que estuvieron ahí y de que al menos hubo muchas más de lo que sospechamos.
Un caso de arrinconamiento de una figura muy importante fue el caso de la sacerdotisa acadia Enheduanna (2285–2250 a. C.) que firmó el primer texto no anónimo de la historia. La primera que deja un nombre propio asociado a una obra literaria. Teniendo ese papel de pionera cómo es posible que no esté en los libros de texto y qué nadie haya oído hablar de ella cuando es anterior a Homero. Es importante rescatar estas genealogías.
Lo hago de forma muy consciente y lo llevo a la época contemporánea donde hago un homenaje a mi profesora de instituto, a mi madre, al papel intelectual de las mujeres que muchas veces se ha perdido por el camino. Para mí era importante reivindicarlo, por supuesto, al lado de muchos hombres que aparecen también.
Quería mostrar la historia como algo que hemos forjado juntos, pero las obras de las mujeres no se valoraron lo suficiente como para ser copiadas y por eso no han llegado hasta nosotros. He hecho una nómina de libros perdidos y por lo menos rescatarlas de esa oscuridad.
P: Los antiguos bardos pensaban que con la escritura se perdería la capacidad de reflexión, usted hace un símil con Google en la actualidad, ¿Cree que la era digital amenaza al libro?
R: Es curioso comprobar como en las épocas de cambios tecnológicos se producen unas actitudes que se parecen bastante. Aparecían las mismas reservas hacia la imprenta y ahora hacia el mundo digital. Parece que sentimos vértigo hacia lo nuevo y pensamos que va a acabar con el mundo tal y como lo conocemos.
Pero la realidad es que no sucede. La curiosidad es como una energía, se transforma pero no desaparece. Soy optimista, ahora lo tenemos mucho más fácil para obtener la respuesta y durante muchos siglos no ha sido así. Un campesino de la Edad Media no tenían ningun incentivo para la curiosisad.
No todo es competencia, el libro de papel frente a pantallas, no son enemigos, los distintos formatos nos permiten formas distintas de aproximarnos a saber. Mirando la historia de libro, es un objeto muy sólido que ha demostrado ser un gran superviviente y no creo que esté en tan grave peligro como se suele decir.
Las previsiones más catastrofistas no se han cumplido, tendemos a subestimar la capacidad del libro para adaptarse y su perfección como objeto como decía Umberto Eco: "La rueda, la cuchara, las tijeras son imbatibles es difícil mejorar ese mecanismo" y creo que el libro pertenece a esa estirpe. De hecho, se publican más libros que nunca y se lee más que nunca.
"El cine de aventuras está basado en los héroes de la antigüedad"
P: Se nota su pasión por los libros pero a la vez las humanidades se difuminan cada vez más en los planes de estudio, ¿Es este ensayo una forma de sellar el interés por los clásicos?
R: Cuando lo escribí no pensé que este tema pudiera interesar a tanta gente. Yo mismo llevaba tanto tiempo oyendo durante mis años de grado que con la filología clásica no iba a ninguna parte en este mundo digital. Esto me caló. Quería defender los clásicos y me ha sorprendido que tanta gente se haya mostrado interesada. La cultura clásica es importante porque enriquece nuestra creatividad.
La prueba está en que la mitología está detrás de muchos creadores actuales pero también en las sagas juveniles como El corredor del laberinto, Los juegos del hambre, Harry Potter, Star Wars.
El cómic y el cine de aventuras está basado en las historias de los héroes de la Antigüedad. Sigue hasta dando beneficios económicos y nos abre la mente aunque no deja de retroceder en los planes de estudio, el interés existe. La acogida de este libro es la prueba. Ojalá los que hacen la leyes de educación fueran más receptivos a este mensaje.
"La curiosidad es como la energía, se transforma"
P: Como divulgadora, ¿Cómo podemos estimular a leer a los niños?
R: Todo tiene intereses diversos. Está relacionado con un tipo de carácter más contemplativo, curioso, necesita un cierto sosiego y no todos los niños encuentran el mismo placer y lo bueno de la lectura es que se puede iniciar a cualquier edad.
Si necesitas correr y jugar pues ya habrá tiempo para que te reencuentres con la lectura, pero es importante el entorno que los niños vean libros en su casa, vean a los adultos leyendo y no solo los imperativos que se vea que para la familia los libros son importantes.
La mezcla de esos factores define ese gusto por la lectura. La inversión de fomento de la lectura me parece importante porque los niños que leen mejoran su rendimiento escolar y tienen mejor vocabulario, se expresan mejor.
Yo sigo defendiendo la lectura principalmente por el placer, el entretenimiento, el gusto y las aventuras que te abre. Yo con mi hijo intento que esté fuera de las imposiciones y del trueque de los premios y castigos: leer existe como un tiempo de diversión y juego no como algo obligatorio.
P: ¿Creo que el libro que le cambió la vida fue La Odisea de Homero? ¿Qué figura de la antigüedad le suscita más admiración?
R: Me la contaba mi padre con sus palabras. Yo llegué a los poemas homéricos a la forma tradicional como si mi padre fuera un juglar por esto estoy interesada en la oralidad. Con ese versión de mi padre de La Odisea me convirtió en filolóloga clásica. Me pasé toda la infancia leyendo libros de filología.
Y sobre personajes, el historiador Heródoto es fascinante por su deseo de viajar y por su curiosidad por otras formas de vivir. En mitad de una guerra entre griegos y persas él decide viajar por todo Oriente y se relaciona con todo tipo de gente sin superioridad, por eso se le considera el padre de la antropología o el primer periodista, intentaba recopilar datos y hacer crónicas, tenía en cuenta la versión de los otros. Me hubiera gustado tomarme algo con él.
Y Aspasia porque hace falta mucha valentía para hacer discursos políticos, eso era anómalo, las mujeres con una vida encerrada escribían poemas de sus emociones, pero que una mujer escribiera sus discursos y que participara en la vida pública a través de sus palabras, eso era muy valiente, siendo una extranjera y con todos los ataques por su dudosa reputación (Fue hetaira, el término para las prostitutas para los griegos). Aspasia abrió nuevos caminos a la participación de las mujeres en la política y en las escuelas filosóficas.