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¿Quiénes se vacunarán primero contra la COVID-19 y cuándo? La vulnerabilidad marca el paso

SAMUEL A. PILAR
7 min.

El anuncio de que la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech tiene una efectividad superior al 90% ha inaugurado una nueva etapa en la pandemia. La pregunta ya no es si será posible el desarrollo de una vacuna segura y efectiva contra la COVID-19, sino cuándo podrá comenzar a administrarse, dentro de un horizonte cada vez más real y cercano. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, augura que en mayo de 2021 habrá "un porcentaje importante de la población española" inmunizado contra la nueva enfermedad.

La Comisión Europea acaba de autorizar al acuerdo alcanzado con estas dos compañías para que los Estados miembros puedan adquirir hasta 300 millones de dosis de su vacuna. España se beneficiaría inicialmente de unos 20 millones de dosis, que servirían para inmunizar a 10 millones de personas (la vacunación se realiza a doble dosis), y que se distribuirían de forma gratuita en el Sistema Nacional de Salud, dentro de un proceso que se prevé dilatado y que con bastante probabilidad se dirigirá primero a los grupos de mayor riesgo, así como a los profesionales que están en contacto con ellos.

"Una cosa es que se tenga la vacuna y, otra, que se tengan dosis suficientes para vacunar a toda la ciudadanía que lo necesita", manifiesta a RTVE.es Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología, quien advierte de que las campañas masivas "no se van a producir de un día para otro y van a requerir tiempo", por lo que apunta a "un horizonte razonablemente largo, aunque siempre dentro de 2021".

Ancianos, crónicos y sanitarios, los primeros

Independientemente de cuál sea la vacuna que llegue primero, el procedimiento será siempre el mismo. Después de la compra en bloque por medio de la Comisión Europea, las dosis llegarán gradualmente y serán distribuidas entre los socios comunitarios en función del tamaño de su población. Cada uno de los gobiernos decidirá cómo distribuye las dosis internamente y a qué grupos de población vacuna primero.

En España, los programas de vacunación aún no están definidos por Sanidad y las comunidades autónomas.

En España, los programas de vacunación contra la COVID-19 aún no están definidos por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, aunque el ministro Illa ya ha adelantado que la selección de los primeros ciudadanos se hará "con criterios técnicos" y de acuerdo con lo que digan los expertos.

Todo indica que los primeros serán los grupos de mayor riesgo, como ancianos o enfermos crónicos, así como los profesionales que están más en contacto con ellos (trabajadores sanitarios y sociosanitarios). El Gobierno español ha preparado un grupo de trabajo con expertos que está ultimando el protocolo de actuación.

Una de las plantas de producción de la farmacéutica Pfizer en Kalamazoo (Michigan, EE.UU.) REUTERS

"Habrá que ir priorizando y priorizando y priorizando, en función del número de dosis que vayan llegando", opina García Rojas, quien aporta el siguiente razonamiento: "¿Qué es lo que más nos gustaría que se eliminara de la pandemia? Seguramente, su faceta más amarga: los muertos, los ingresos en UCI… ¿Y a quién afecta? Fundamentalmente, a la población vulnerable, que son sobre todo los ancianos, y los ancianos institucionalizados. Pues quizá sea razonable comenzar por ahí. Además de por los sanitarios, evidentemente, que son el colectivo esencial para hacer frente a la pandemia".

En esta misma lógica, parece también claro quiénes serían los últimos que recibiesen la vacuna: los niños, ya que ellos son las personas menos vulnerables al virus. "Yo creo que quedarían entre las últimas prioridades, e incluso habría que plantearse y si es necesario vacunarles. El impacto de la enfermedad en ellos es muy leve, y tampoco actúan de manera intensa como difusores en los adultos", expresa García Rojas en este sentido.

Un criterio compartido a nivel internacional

Un criterio de priorización, el de la vulnerabilidad, asumido en principio por expertos y autoridades sanitarias de todo el mundo. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha pedido a los gobiernos que los primeros en ser inmunizados sean las personas de grupos de riesgo y los trabajadores sanitarios.

Igualmente, ha insistido en que las vacunas que puedan llegar durante esos primeros meses, en los que habrá mayor demanda que oferta, no deben almacenarse; advirtiendo a los países contra la idea de crear grandes reservas estratégicas que irían en perjuicio de una buena parte de la población mundial: "Una vacuna en la nevera no va a beneficiar a nadie".

OMS: Una vacuna en la nevera no va a beneficiar a nadie.

La Universidad Johns Hopkins, una de las instituciones más prestigiosas a nivel internacional en todo lo que a COVID-19 se refiere, también ha elaborado una guía en la que aconseja el perfil de personas que deberían recibir la vacuna en primera instancia. Además de los grupos de riesgo y profesionales ya mencionados, extiende la recomendación a otros trabajadores esenciales, como profesores o transportistas.

Un voluntario recibe una de las dosis de la vacuna experimental BNT162b2, desarrollada por Pfizer y BioNTech. REUTERS

¿Cuándo comenzarían las vacunaciones?

Aunque la prudencia aconseja no intentar pronosticar plazos concretos, sobre todo teniendo en cuenta que ningún candidato ha finalizado todavía los ensayos clínicos, las propias autoridades sanitarias estiman que las primeras vacunaciones podrían arrancar en un plazo de tiempo relativamente breve: "a comienzos de 2021", según palabras del ministro Salvador Illa.

Pero la de Pfizer/BioNTech no es la única opción de vacuna contra el coronavirus que está sobre la mesa en el horizonte más inmediato. También hay que contar con la posibilidad de la vacuna de Oxford/AstraZeneca, de la que Bruselas ha acordado el suministro de hasta 300 millones de dosis. España se habría asegurado más de 30 millones de dosis, y podría recibir una partida inicial de tres millones este mismo mes de diciembre o de enero.

Asimismo, hay otros proyectos, como el de Moderna o el de Johnson & Johnson, que igualmente podrían concluir sus ensayos clínicos con éxito en apenas unas semanas e iniciar la comercialización casi de manera inmediata. Con la perspectiva actual, todo indica que a mediados de 2021 puede que no haya una única vacuna aprobada contra la COVID-19, sino varias.

Posible reticencia inicial

Pero también es probable que la futura vacuna contra la COVID tenga que hacer frente a un problema añadido: la reticencia inicial de una parte de la población. Según el barómetro especial de octubre 2020 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), casi un 44% de los españoles no estarían dispuestos a vacunarse inmediatamente. Sin embargo, los expertos confían en que este porcentaje descienda significativamente según se vayan produciendo las primeras vacunaciones y se ponga de manifiesto la eficacia y la seguridad de los nuevos fármacos.

"La alternativa a no vacunar es el dolor, el sufrimiento, los fallecimientos, los ingresos en UCI, que el paro siga desbocado, que haya muchos trabajadores en ERTE… Y caer en todo esto, simplemente por temor a un posible, remoto y leve efecto secundario de la vacuna es, cuando menos, muy poco solidario, y desde luego es un acto muy poco asociado a la evidencia y al conocimiento", afirma Amós García Rojas.

Este epidemiólogo confiesa que, en cuanto pueda, él mismo va a ser "el primero que se va a vacunar", ya que reúne algunos de los requisitos más importantes, como ser sanitario y tener más de 60 años. "No tengo ninguna duda. Me voy a poner en primera fila para recibir la vacuna", asegura sin vacilar.

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