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Pilotar una pandemia a ciegas: cuando los resultados de las pruebas PCR tardan dos semanas en llegar

SAMUEL A. PILAR
8 min.

No hay control de la pandemia sin detección temprana. Esta regla básica, que los epidemiólogos llevan meses repitiendo como un mantra, es una de las piedras angulares para minimizar el impacto del virus, pero en España se ha cumplido de manera muy desigual entre las diferentes comunidades autónomas, que en algunos casos han visto cómo los tiempos de diagnóstico se han disparado. ¿Por qué ha ocurrido algo así? Los expertos consultados coinciden en señalar dos razones principales: imprevisión y falta de recursos.

El tiempo medio que pasa mientras una persona presenta síntomas y recibe el diagnóstico se ha duplicado desde el final de la desescalada, a finales de junio: ha pasado de entre uno y dos días a entre tres y cuatro. En un extremo se encuentran comunidades como Asturias y Galicia, donde se obtiene el resultado de las pruebas PCR en apenas unas horas. En el otro, Madrid, donde este proceso puede durar más de dos semanas.

En las regiones más afectadas, el cuello de botella comienza en unos centros de salud completamente desbordados, sin recursos suficientes para asumir la ingente carga de trabajo que se les exige; y después se extiende a unos laboratorios que no cuentan ni con el personal ni con los reactivos suficientes para hacerse cargo de los cientos de miles de pruebas que les llegan semanalmente.

Escasez de reactivos y de personal en los laboratorios

La escasez de reactivos, que son imprescindibles a la hora de realizar las pruebas PCR, se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza para estos laboratorios. "Tenemos un problema de stock", reconoce a RTVE.es Juan Carlos Rodríguez, presidente la Asociación Española de Técnicos de Laboratorio (AETEL), quien tiene muy claro el principal motivo que ha llevado a esta situación: "Bajo nuestro punto de vista, las administraciones sanitarias de las comunidades autónomas, fundamentalmente de las que se encuentran en peor situación, como pueden ser Madrid o Andalucía, o como en su momento han sido La Rioja o Aragón, no han hecho acopio de reactivos en estos dos meses anteriores en los que más o menos hemos tenido una bonanza de la pandemia".

Rodríguez apunta así a una falta de previsión desde el punto de vista estratégico, ya que "se han comprado equipos de protección individual, por ejemplo, pero no se han adquirido suficientes reactivos para tenerlos como stock, cuando todos sabíamos que era muy probable que ahora, o en el mes de octubre, íbamos a tener que realizar muchas PCR para controlar la pandemia. Se trataba de algo fundamental y no se ha hecho".

Sin una capacidad de diagnóstico efectiva, avanzar en la pandemia es como hacerlo a tientas. REUTERS

A esta circunstancia, tal y como denuncia, se suma la falta de personal. "Hay muchas comunidades autónomas que no han contratado suficientes técnicos de laboratorio para poder hacer las PCR", manifiesta, y pone como ejemplo que "numerosos hospitales disponen de aparatos y reactivos para realizar PCR, pero no hay técnicos suficientes para utilizarlos, por lo que tampoco los pueden utilizar".

Juan Carlos Rodríguez: De los laboratorios prácticamente nadie se ha acordado hasta que ha habido problemas para hacer PCR.

"De los laboratorios prácticamente nadie se ha acordado hasta ahora que hay problemas para hacer PCR, y sin un técnico ni un buen equipo en el laboratorio, no hay diagnóstico", recuerda Juan Carlos Rodríguez, reclamando esa importancia muchas veces invisible que tiene el sector que representa.

Sin una capacidad de diagnóstico efectiva, avanzar en la pandemia es como dar palos de ciego. Cuanto más se tarda en confirmar un caso positivo, más se aplaza el aislamiento de los contactos estrechos, y durante todo ese tiempo estos se convierten en potenciales vectores de contagio. Además, el hecho de no tener un resultado definitivo, aunque exista sospecha, puede hacer que quien se haya hecho la PCR se tome las medidas preventivas con cierta relajación, especialmente si se trata de personas con sintomatología leve o asintomáticas. El incumplimiento de las cuarentenas es uno de los principales escollos a los que se enfrenta el control del virus.

Saturación de la atención primaria

A la precariedad en la que trabajan los laboratorios se suma un grave problema de base: la saturación de los servicios de atención primaria, que son el epicentro de esta nueva fase en la lucha contra el virus, a pesar de que muchas veces no han contado con los refuerzos necesarios. Esta situación ha llevado a los centros de salud a una situación dramática, especialmente en comunidades autónomas como Madrid, que se ha convertido en el máximo exponente del progresivo deterioro de la situación epidemiológica en España.

Si bien es cierto que las zonas metropolitanas de Madrid y Barcelona tienen unas características únicas que hacen muy difícil la comparación con el resto de España, los profesionales de atención primaria apuntan más allá de factores estrictamente epidemiológicos para encontrar una explicación al difícil momento que están viviendo. "En regiones como Madrid se añade un elemento importante, y es que la situación de la atención primaria es peor que la media del país. Es la comunidad autónoma que menos ha invertido en los últimos años en atención primaria, y eso se nota", manifiesta a RTVE.es Salvador Tranche, presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), quien califica la situación allí como "muy, muy preocupante", básicamente porque "no se han hecho las cosas bien".

Salvador Tranche: Madrid es la comunidad autónoma que menos ha invertido en los últimos años en atención primaria, y eso se nota.

Madrid es en la actualidad la región que presenta una mayor demora en las pruebas PCR. Como explica Tranche, a este hecho contribuye que el proceso diagnóstico recae íntegramente en los centros de salud, cuando hay otros modelos mixtos en los que las pruebas se pueden llevar a cabo también en los domicilios, o en dispositivos denominados “AutoCOVID”, puntos donde directamente se hace la PCR sin que el paciente se baje del coche. En ambos casos, que se están llevando a cabo en comunidades como Asturias o Galicia, la realización de la prueba es más rápida.

"Hay que tener en cuenta que la PCR no es solo tomar una muestra nasofaríngea. Hay que localizar al paciente, hay que tener un dispositivo donde se debe hacer, hay que registrar los datos del paciente, hay que hacer la prueba, mandarla al laboratorio, el laboratorio tiene que tener disponibilidad para hacerla, hay que comunicar el resultado al paciente y hay que registrarlo. Y luego ya el estudio posterior de contactos, claro. Todo esto, cuando el número es muy alto, es extraordinariamente difícil", detalla este médico de familia, insistiendo en la necesidad de reforzar las plantillas de profesionales de atención primaria para poder abarcar una tarea de esta envergadura.

"Tener una PCR que te da los resultados a diez-doce días te retrotrae a la situación de marzo, y te obliga a hacer cuarentenas a ciegas. Es absolutamente necesario si queremos aplanar la curva otra vez. No podemos volver a la situación de hace seis meses", advierte.

Coste sanitario, económico y social

Hay que tener en cuenta que el impacto negativo de esta demora no es solo sanitario, sino también económico y social. "Una persona a la espera de resultados de una PCR que tenga necesidad de trabajar, al no tener la confirmación de resultado positivo, es posible que continúe por necesidad realizando sus actividades profesionales, con el riesgo que conlleva", expone a RTVE.es José Miguel Carrasco, vocal de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).

Pero también plantea el caso contrario: "Aquellas personas a las que les hacen la prueba tardan entre siete y diez días en dar los resultados, y desde el primer momento se les recomienda el aislamiento. ¿Qué ocurre? Que tenemos a personas aisladas que están sin trabajar, sin ser productivas, incluso de baja laboral, sin tener un resultado positivo". Esto implica un "coste económico y social muy alto", enfatiza.

José Miguel Carrasco: Estamos fallando en una de las cuestiones esenciales.

"Estamos fallando en una de las cuestiones esenciales", se lamenta Carrasco, quien desempeña su trabajo en la cooperativa de investigación social en salud Aplica. Tal y como detalla, el problema es aún más grave porque esa demora en el proceso diagnóstico puede superar en algunos casos las dos semanas, debido a la saturación de la atención primaria: "Hay comunidades autónomas que desde que se toma la muestra hasta que se dan los resultados están tardando entre siete y diez días, e incluso más. Pero el decalaje que hay desde que empiezan los síntomas y se hace la consulta en el centro de salud hasta que se realiza la toma de muestras para la PCR también puede llevar otra semana".

"¿Cuál es la solución? Como venimos ya diciendo desde hace meses muchas sociedades científicas, hay que reforzar la atención primaria para dar respuesta a la gestión de la pandemia. Fortalecer los sistemas de salud pública para que se pueda hacer una buena trazabilidad de los casos y de los contactos, además del refuerzo de atención especializada. Y lo mismo ocurre con los laboratorios", resume este epidemiólogo.

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