Epicentro del turismo de borrachera desde hace décadas, Punta Ballena, la calle donde se concentran los excesos en Magaluf, está este verano prácticamente vacía. La mayoría de las luces de neón permanecen apagadas. Este año no llegan los jóvenes, sobre todo británicos, protagonistas de escenas que iban degenerando con el avance de la noche.
La música de la media docena de locales que han abierto se escapa por toda la calle. En una foto fija de sus clientes, parecería que nada ha pasado, copas con pajitas de colores encima de la mesa y ni rastro de mascarillas. Pero ahora solo se les permite servir en la terraza. Los clientes no pueden acceder al interior. El decreto del Govern balear para regular el desconfinamiento prohíbe la entrada a los pubs ubicados en tres zonas que concentran el turismo de borrachera en Baleares: el West End de Sant Antoni de Portmany en Ibiza, un área de la playa de Palma y Magaluf, en Mallorca.
Contra el turismo de alcohol
De noche, con los locales abiertos, no quieren hablar con los medios, pero de día los empresarios del ocio nocturno se han manifestado en contra de la medida. El gobierno autonómico responde que este año no pueden permitirse este tipo de visitantes por el riesgo sanitario que comportan las aglomeraciones. A principio de año, antes de la llegada de la Covid19, el ejecutivo, presidido por Francina Armengol, ya había aprobado un decreto pionero que limitaba la venta y la publicidad de alcohol.
El ayuntamiento de Calvià, municipio al que pertenece Magaluf, asegura que serán inflexibles. Xacier Pascuet, Director General de Turismo de Calvià, asegura que creen en el cambio de modelo y que lo de esta temporada "no tiene que ser un pause sino un reset". El pasado fin de semana la policía local tuvo que intervenir para desarticular una fiesta multitudinaria en un chalet del municipio. Se había promocionado por Facebook a 35 euros la entrada y con una versión VIP de 100.
La eliminación de la cuarentena para los ingleses anima las reservas
A Magaluf llegan pocos clientes, la mayoría de los turistas tradicionales son del Reino Unido, pero al regresar tendrían que guardar una cuarentena de 15 días, a pesar que su situación epidemiológica es mucho peor que la de Baleares. Un desincentivo que desaparece este viernes para los ingleses. La medida seguirá vingente en Escocia, Irlanda del Norte y Gales.
Los hoteleros esperan que se elimine en todo el Reino Unido pero, de momento, aseguran que ya se han animado las reservas. Ahora mismo en la zona de Palmanova-Magaluf hay ocho establecimientos abiertos de los 80 que hay. Esperan que durante la primera quincena de julio se doble la cifra y aumente a finales de mes. Este verano prevén que la media de ocupación rondará el 30% o 40%.
Una pareja toma el sol en la Playa de Magaluf, Mallorca EFE/Atienza
De momento, son los mallorquines los que han descubierto la playa de Magaluf, una playa de arena fina y aguas turquesas con el islote de Sa Porassa enfrente, territorio para turistas hasta ahora. Pero los locales, dicen los empresarios, no dejan dinero a sus negocios. La temperatura a primera línea de mar es de verano pero el panorama unas calles más adentro, con las persianas de los negocios bajadas, es aún de pleno invierno.