Un tribunal de apelaciones de EE.UU. ha fallado este viernes en contra del Gobierno y le ha prohibido desviar 2.500 millones de dólares originalmente asignados al Departamento de Defensa a la construcción del muro fronterizo con México promovido por el presidente, Donald Trump.
El fallo de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito es el último episodio de los múltiples frentes judiciales que mantiene abiertos la Administración estadounidense por la construcción del polémico muro, una de las principales promesas de campaña de Trump en 2016. El caso se trasladará ahora al Tribunal Supremo, que deberá emitir una decisión definitiva.
Dos de los jueces consideran que Trump no puede autorizar la transferencia
De los tres jueces que forman el panel del Noveno Circuito que ha llevado el caso, dos se han mostrado contrarios al Gobierno y han defendido la tesis de los demandantes, la organización ecologista Sierra Club, según la cual el Ejecutivo no tiene autoridad para desviar unos fondos cuya asignación recae exclusivamente en manos del Congreso.
"Estos fondos fueron asignados a otros fines, y su transferencia es equivalente a utilizar fondos del Tesoro sin autorización de los estatutos, lo que supone una violación de la cláusula de apropiaciones", han indicado los dos magistrados en el fallo. El tercer juez, sin embargo, ha emitido una opinión distinta y ha considerado que el Gobierno sí tiene potestad para autorizar esta transferencia.
Por su parte, el abogado de los demandantes, Dror Ladin, ha calificado la sentencia de "victoria del imperio de la ley, del medioambiente y de las comunidades fronterizas" y ha asegurado que, aunque "no se puede deshacer el daño ya causado" por los avances en la construcción del muro con estos fondos, acudirán al Tribunal Supremo "para poner fin de forma definitiva a este muro destructivo".
El caso se trasladará al Supremo, que ya intervino en julio de 2019
El caso se remonta a mayo de 2019, cuando un juez federal de Oakland (California, EE.UU.) bloqueó por primera vez esta partida presupuestaria para la construcción del muro, una decisión que la Administración Trump recurrió y pidió amparo al Supremo para poder seguir usando ese dinero mientras se decidía el caso judicialmente.
Un mes después, en julio, y en una ajustada decisión por cinco votos a cuatro, el máximo tribunal de EE.UU. accedió a la petición del Gobierno y dio el visto bueno temporal a que utilizasen los 2.500 millones, pero no entró a valorar la legalidad de la desviación del dinero.
Con la decisión de este viernes por parte del tribunal de apelaciones del Noveno Circuito -la instancia judicial inmediatamente inferior al Supremo-, por tanto, se cierra la trayectoria de la demanda en los circuitos inferiores y el caso se trasladará con toda probabilidad de nuevo al Supremo, que esta vez sí deberá pronunciarse sobre el fondo de la cuestión