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Cuatro pueblos cordobeses prueban un innovador sistema de teleasistencia con sensores por toda la casa

GIULIA RE / ANTONIO SALMORAL
4 min.

Ellos apenas los distinguen, pero los objetos cotidianos de sus casas que más utilizan tienen unos pequeños sensores que retransmiten sus movimientos. Varían según los hábitos y necesidades del usuario diariamente como en la almohada, el andador, el mando del televisor, el rosario o la puerta de la vivienda.

El perfil de usuario es una persona que vive sola, con cierta autonomía

Cincuenta mayores de cuatro pueblos cordobeses -Pedro Abad, Posadas, Espejo y Añora- están recibiendo esta ayuda. “El perfil de usuario es una persona que vive sola, con cierta autonomía, aunque puede tener algún problema de movilidad o principio de demencia” explica María Casán, coordinadora del servicio de asistencia domiciliaria de Pedro Abad.

La Diputación cuenta en esta experiencia piloto con los servicios municipales de atención a estas personas en sus casas, ya sean públicos o privados.

Sus familias pueden ver qué hacen y detectar cambios de rutina

Un transmisor en la vivienda del mayor envía la información a los móviles de este servicio del ayuntamiento y a los de los familiares. Para ello hay que tener descargada una aplicación. En la pantalla aparecen unos puntos de colores que corresponden al sensor de cada objeto. Estos puntos se activan en rojo si el mayor usa alguno de ellos y dejan constancia de la hora en la que los ha cogido.

Es un sistema que ha sido muy útil en el confinamiento y se aplica por primera vez en España en el medio rural. El servicio lo han creado los emprendedores cordobeses de la empresa Beprevent y es importante esta prueba porque son zonas que no tienen tanta cobertura como en otras grandes ciudades del país o del extranjero, donde ya está funcionando tanto para organismos públicos como privados.

El presidente del Instituto provincial de Bienestar social de la Diputación de Córdoba, Ángel Sánchez, subraya que están muy contentos con el resultado de esta experiencia piloto que "permite conocer si los mayores -por ejemplo- toman sus medicamentos o calientan en el microondas su comida”. Algo que da mucha seguridad a las familias para prevenir accidentes.

Rafael Pérez Galán, de 84 años y vecino de Pedro Abad es uno de los voluntarios que utiliza esta tecnología. Para moverse necesita un andador y dice que fue muy duro el confinamiento, aunque recibió y recibe visitas diarias de alguna de sus cuatro hijas.

Ahora baja a una plaza cercana, tiene instalado un sistema de silla-ascensor para salvar las escaleras desde su casa a la calle. Dice que apenas le quedan amigos, pero puede darse un paseo -se sienta a ratos- y luego vuelve a su apartamento. Durante el confinamiento sólo se movía en los tramos de su vivienda y -reconoce- que las tardes se le hacían muy largas hasta que llegaba la hora de la cena… y eso que es un gran lector -está releyendo la biografía de Gandhi- y un apasionado de la radio.

Una de sus hijas, Maribel, que también es asistente de personas mayores, reconoce que “al principio el sistema me producía ansiedad, pero luego nos da tranquilidad durante el día, sobre todo cuando estoy en el trabajo”.

Rafael Serrano, portavoz de la empresa cordobesa “Beprevent, explica que se puede prevenir caídas o daños mayores en aquellos que usan esta ayuda, ya que detecta el cambio de rutinas. En muchas ocasiones se inicia un proceso de descenso de actividad en la persona o un abandono de higiene”, subraya. También pueden ser preocupantes -si es inusual- el levantarse de madrugada o salir de la casa por la noche. La ayuda por teleasistencia empezó antes del confinamiento del 14 de marzo y durará un total de cuatro meses, luego se estudiará los resultados y evaluará, aunque no tienen previsto implantarlo ya que carecen de financiación para ello. Todos reconocen que este servicio crea además puestos de trabajo para mujeres, que son las principales cuidadoras de mayores.

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