El Gobierno afgano y los talibanes, en lo que podría ser un paso clave para poner fin al conflicto en Afganistán, después de que este viernes Washington y los insurgentes anunciaran una reducción de la violencia.
En declaraciones a Efe, una fuente diplomática afgana hs indicado que la reunión será el 10 de marzo en la capital noruega, a pesar de que Alemania también se había ofrecido a acoger la cita.
Este anuncio es significativo porque, hasta ahora, los talibanes se habían negado a entablar negociaciones directas con el Ejecutivo de Kabul, al que consideran un títere de Estados Unidos.
La intención de los talibanes es primero negociar un acuerdo con Washington que contemple la retirada de las tropas estadounidenses, y después empezar las conversaciones con Kabul.
Este mismo viernes, el Gobierno de EE.UU. anunció que los talibanes habían accedido a firmar un acuerdo para reducir la violencia en Afganistán, lo que podría llevar a un pacto definitivo entre las dos partes y la retirada de las tropas estadounidenses del país.
Según la citada fuente afgana, ese acuerdo para reducir la violencia afectará a toda la nación,
EE.UU. y los talibanes llevan meses negociando en Doha
El Gobierno de EE.UU., que mantiene entre 12.000 y 13.000 soldados en Afganistán, se encargará de supervisar si los talibanes cumplen con lo acordado.
Mediante ese pacto, los insurgentes se han comprometido a detener los ataques suicidas, el lanzamiento de cohetes y las ofensivas contra convoyes militares en carreteras, indicó a la prensa un alto funcionario estadounidense, que pidió el anonimato por no estar autorizado a hablar sobre ese tema públicamente.
Si los talibanes cumplen su promesa de reducir la violencia, EE.UU. firmará un acuerdo que incluirá una salida escalonada de tropas estadounidenses de Afganistán y al que seguirá una negociación entre aquellos y el Gobierno de Kabul, detalló esa fuente.
EE.UU. y los talibanes llevan meses negociando en Doha un acuerdo que ponga fin al conflicto.
Ese diálogo se rompió en septiembre, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, canceló una reunión en Camp David con los líderes talibanes y el presidente afgano, Ashraf Ghani, a raíz de un atentado insurgente en Kabul en el que murió un estadounidense.
Posteriormente, las conversaciones se retomaron en medio de un gran secretismo.