Después de que el 9 de diciembre se declarara la explosión del volcán Whakaari, en la isla también conocida como White Island, el número de víctimas mortales continúa ascendiendo. Según fuentes policiales este se habría cobrado la vida de uno de los hospitalizados, por lo que ya son 19 los muertos por este suceso. El portavoz de la policía neozelandesa ha confirmado que murió el domingo en un hospital de Auckland.
47 personas, la mayoría turistas australianos, quedaron sorprendidos por la erupción mientras visitaban el islote, situado al norte de Nueva Zelanda. 25 de ellas permanecen aún hospitalizadas, la mayoría en estado crítico.
Entre el número de muertos también se incluye a dos personas cuyos cuerpos, que se cree fueron arrastrados por el mar, aún no han sido recuperados. "No nos hemos rendido", comenta el subcomisario de policía Mike Clement, después de reunirse con las familias de las víctimas. No obstante, recordaba que "estamos verdaderamente sujetos a la buena voluntad del mar".
Las autoridades continúan aún investigando por qué las agencias de viajes tenían permiso para trasladar turistas a la zona, a pesar de que se alertó de la subida en el nivel de amenaza unos días antes de que se produjera la erupción. Según la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, las pesquisas sobre este percance podrían podrían prolongarse hasta un año.