El barco de la ONG española Open Arms, una nave humanitaria que navega en el Mediterráneo Central, asistió el jueves a los 54 migrantes rescatados por el velero Alex de 14 metros de eslora de la ONG italiana Mediterranea. El capitán del Open Arms denuncia en un vídeo enviado a RTVE.es que cuando la política interviene en el mar, las vidas corren peligro.
Apunta que "el derecho marítimo se diluye como un azucarillo en el agua" cuando se mezclan los intereses politicos. Explica que el velero italiano solicitó su ayuda urgente porque necesitaban asistencia médica tras rescatar a 54 personas entre las que había "cuatro mujeres embarazadas, cuatro bebés, cuatro menores y algunos supervivientes del bombardeo al centro de refugiados en Libia".
El capitán afirma que se pusieron en contacto con el Gobierno español que no les permitió embarcar a los migrantes, pese a que a bordo contaban con un dispensario médico y ecógrafos para asistirles. Relata que navegaron unas 60 millas en paralelo al velero porque la situación era peligrosa con 66 personas en un espacio reducido (54 naúfragos y 12 miembros de la tripulación).
Esta madrugada a las cuatro, el barco de vela notificó que estaba a 12 millas de Lampedusa y que tenían prohibido entrar en aguas territoriales de Italia en aplicación del decreto de seguridad aprobado recientemente. Malta ofreció un puerto seguro en "un acto de buena voluntad" pero les especificaron que el trasbordo no era posible porque "el Open Arms no tiene permiso para desembarcar por motivos políticos". Su capitán se pregunta "¿dónde está el derecho marítimo?" y reprocha su actitud al gobierno socialista al que pide explicaciones.
Italia sigue manteniendo el pulso con las oenegés en el Mediterráneo Central, como en el caso del Sea Watch, que acabó con el arresto y posterior liberación de su capitana, Carola Rackete.