“No he conocido lluvia tan feliz como la de esta mañana”. Las palabras de Almodóvar hablan de los primeros chubascos del festival unidos a los diez minutos de aplausos en el Gran Teatro Lumiére para Dolor y Gloria. Más que una recepción a la película, un recibimiento con honores. “No podré olvidar la noche de ayer. Ha sido inenarrable”.
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A Almodóvar le sobran motivos de gloria. La película se estrenaba ayer en toda Francia y se ha colocado como la tercera más vista. La prensa francesa, rendida; la anglosajona, más comedida.
El director ha devuelto el cariño: "Como estoy en Cannes, digo que soy francés o, como dicen ellos, ‘estoy francés’. Francia te adopta de un modo absoluto, lo decía Julio Iglesias, si triunfas en Francia, tienes un público fiel de por vida. Soy un cineasta francoespañol".
En rueda de prensa, Antonio Banderas, reconocía que no es fácil aguantar 10 minutos de 2000 personas aplaudiendo. “Fue casi embarazoso, no sabíamos que hacer. Te vienen cosas a la cabeza: 40 años de carrera y lágrimas de felicidad”, ha dicho el actor malagueño.
El actor ha roto a llorar durante la comparecencia del equipo. “He hecho 113 películas y los meses que rodamos esta han sido los más felices de mi vida. Y eso no me lo puede quitar nadie”.
Banderas ha elogiado su relación con Almodóvar. “Lo que me une artísticamente con España es Pedro. Si queremos reconocernos como pueblo tenemos que mirar a nuestros artistas: Lorca, Unamuno, Dalí. Estoy convencido que para entender nuestra realidad habrá que mirar las películas de Almodóvar”.
Preguntado sobre qué es la gloria, menos presente en su película que el dolor, Almodóvar ha contestado “haber sido el dueño de su carrera ha sido su gran éxito” y que su única adicción es ya “dormir ocho horas cada día y saber que voy a hacer una película”.