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'Beautiful boy', retrato del drogadicto adolescente burgués

  • Timothée Chalamet interpreta la historia real un adicto a la metanfetamina

  • RTVE.es entrevista al director Felix van Groeningen

ESTEBAN RAMÓN
3 min.

La metanfetamina se instaló en la vida Nic Sheff a comienzos de este siglo. Nic era un adolescente brillante de una familia acomodada que comenzó un terrible ciclo de adicción. Fue una historia entre muchas, pero la historia de Nic tuvo quien la contara: su padre David Sheff era un periodista curtido en The New York Times o Rolling Stones. Su duro libro sobre las dificultades para ayudar a su hijo, publicado en 2005, se convirtió en un best-seller.

El relato se ha hecho película y ahora se estrena en España. Beautiful boy, siempre serás mi hijo está dirigida por Felix van Groeningen (nominado al Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 2012 por Alabama Monroe) y protagonizada por Timothée Chalamet y Steve Carell como hijo y padre.

“Es una película sobre muchas cosas: paternidad, luchar contra la adicción, recuperar la familia. No hay respuestas fáciles, pero vemos una familia hermosa llena de amor incondicional que de algún modo lo logra”, explica el director en una entrevista con RTVE.es durante el último Festival de San Sebastián.

David (Steve Carell) tarda en comprender que la solución está más allá de sus posibilidades, mientras que Nic (Timothée Chalamet) no tiene fuerzas para sostenerse en ningún programa de rehabilitación.

Aunque suceda hace más de 15 años, la película se ha estrenado en plena epidemia de consumo de heroína en EE.UU., donde mueren de sobredosis 130 personas al día (según el National Safety Council). Timothée Chalamet, durante la rueda de prensa del Festival de San Sebastián, abrió el debate sobre el papel del Estado en la lucha contra las drogas y afirmó que sí legalizaría la marihuana.

“Creo que descriminalizar el consumo de drogas es importante”,  coincide Van Groeningen. “¿Hay que legalizarlas? Supongo, pero no soy político. La razón de hacer esta película es que quería que la gente viera y sintiera de primera mano algo tan visceral”, explica.

Presentada en el Festival de Venecia, la película aspiraba (y luchó) por una nominación al Oscar para un entregado Timothée Chalamet (que ya estuvo nominado el año pasado por Call me by your name). Logró la nominación al Globo de Oro, pero no fue más allá tal vez porque la película no escapa a un territorio minado de clichés, del ‘ya visto’ y, sobre todo, de personajes narrativamente estancados y presos del repetitivo ciclo del adicto.

“Cuando entras en ese círculo te avergüenzas, te olvidas y te vuelves a avergonzar. Y rompes lazos con tu pasado”, define sobre el personaje de Chalamet. Al final, el toque de esperanza de Beautiful boy, siempre serás mi hijo no puede escapar de otra dura verdad: al menos una familia de clase alta dispone de todas las herramientas posibles.

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