El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado el estado de desastre en California y ordenado el desvío inmediato de fondos federales de emergencia para combatir los incendios que están arrasando el norte del estado.
"El presidente ha ordenado la ayuda federal para contribuir a los esfuerzos de rescate estatales, municipales y locales en las zonas afectadas por los incendios, que comenzaron el 23 de julio de 2018, y que todavía siguen", ha indicado.
Hasta el momento unas 15 personas han fallecido en los dos incendios más importantes de la temporada, el de Carr y el de Mendocino. En este último han fallecido al menos siete personas, según han confirmado las autoridades.
El incendio, que solo está controlado en un 34%, es ahora el más grande del estado con 81.000 hectáreas de extensión, el equivalente a dos terceras partes de la ciudad de Los Ángeles. Es ahora más grande que el letal incendio de Carr, todavía activo, que costó la vida la semana pasada a seis personas y destruyó más de 1.500 hogares.
Ambas áreas permanecen ahora bajo una "advertencia de bandera roja" emitida por el Servicio Meteorológico Nacional por vientos fuertes, baja humedad relativa y temperaturas que superan los 32 grados, todas las condiciones que pueden impulsar el crecimiento de los incendios forestales.