“Mis ideales políticos se parecían a los literarios y cuando tenía 16 años quería cambiar el mundo a través de los libros”, recuerda el nicaragüense Sergio Ramírez, Premio Cervantes 2017, en un encuentro con los medios este jueves en la Biblioteca Nacional, días antes de recibir el máximo galardón de las letras hispanas.
Política y literatura se han fundido durante décadas en la larga, prolífica y variada carrera de Ramírez. Vicepresidente de Nicaragua durante el primer gobierno de Daniel Ortega e impulsor de la revolución sandinista en su país contra la dictadura de Somoza, en los 90 el escritor ganó la partida al cargo público y a los vaivenes de las pantanosas aguas políticas.
Desde entonces, se ha volcado en exclusiva en su pasión literaria aunque relata que "sus ideales siguen siendo humanistas y de vivir en un mundo distinto”, recalca sobre su compromiso social.
La actividad del último Premio Cervantes, cuya solemne ceremonia se celebrará el próximo 23 de abril, Día Internacional del Libro, es incansable y orbita sobre el impulso al sistema literario en todas sus caras: ensayista, poeta, novelista, crítico, articulista, fundador de revistas y editoriales o analista a través de su blog en las redes sociales, son algunas de las numerosas facetas del escritor.
“Disecciono cada capítulo de El Quijote para ver cómo está hecho”
El autor de Margarita, está linda la mar, Premio Alfaguara y novela con la que se dio a conocer internacionalmente en 1998, ha adelantado que en su discurso en el paraninfo de la Universidad de Alcalá mencionará la felicidad que le produce escribir en castellano, además de su admiración por su ilustre compatriota el poeta Rubén Darío, “un maestro mágico” que renovó la lengua en español.
También hará alusión a lo que le debe a su aprendizaje infinito de la genialidad de Miguel de Cervantes. Una maestría en la que no se cansa de perderse buceando en los “andamios” de El Quijote, ya que, “Cervantes nos ha enseñado a escribir a todos”, confiesa el literato al que su madre acercó con sus lecturas al autor español.
“Cervantes fue el gran inventor de la novela posmoderna como género de géneros y cuando empecé aprendí de él las reglas de la novela diversa que hago. Disecciono cada una de sus obras para ver cómo está hecha”, reflexiona sobre el influjo cervantino en el arte de la escritura, a la vez que admite "nervios" y expectación "adolescente" ante su próxima gran cita con el galardón.
La literatura “se contamina de la anormalidad de la realidad política”
El autor, de 75 años, también se ha referido a la influencia política en los nuevos escritores latinoamericanos. "Siempre he pensado que la literatura en Latinoamérica está contaminada de la anormalidad política", ha apuntado.
En este sentido, ha resaltado que "el caudillismo ha resucitado" en este siglo con otras expresiones que no son políticas: el narcotráfico, la violencia, las migraciones forzosas, las pandillas o la corrupción que es “un mal global”, entre otros.
"Todo esto va a las aguas de la novela y no podemos evadirnos de estos temas, porque forman parte de la realidad cotidiana", ha añadido.
Según el escritor, muchas de las obras fundamentales de la narrativa latinoamericana hacen referencia a asuntos relacionados con esta "anormalidad del poder".
Incansable impulsor de la actividad literaria y editorial
Sergio Ramírez es el primer nicaragüense galardonado con el Premio Cervantes y se encuentra en estrecho contacto con los creadores de su país, a los que promociona a través de su proyecto cultural Centroamérica cuenta; aunque señala que en la actualidad hay “legión” de autores en Nicaragua, no como cuando él se lanzó a escribir cuentos, admite que muchos de ellos no son muy conocidos fuera de sus fronteras. Una tendencia que espera cambie y ha mostrado su deseo de que su prestigioso premio ayude a alumbrar a estos talentos.
Ramírez es uno de los nombres principales de la actual literatura en español con obras como Tiempo de fulgor (1970), ¿Te dio miedo la sangre? (1977), Castigo divino (1988) o Un baile de máscaras (1995) y suele entremezclar en sus escritos ficción y realidad.
Miembro de la Academia Nicaragüense de la Lengua, es también académico correspondiente de la Real Academia Española y de las de Puerto Rico y Panamá y ha sido galardonado también con los premios Laure Bataillon (Francia, 1998), José Donoso (Chile, 2011), Carlos Fuentes (México, 2014) o Panamá Negro de la Feria Internacional del Libro del país centroamericano (2017).