Cuesta encontrar carteles con la cara de Putin en el centro de Moscú. Para verlos hay que irse casi al extrarradio o a otras ciudades y pueblos de Rusia. Preguntando en la oficina electoral del presidente el motivo, nos sorprenden con un "no tenemos dinero".
En la calle circulan, sin embargo, otras explicaciones al porqué de esta propaganda electoral neutra, que en lugar de pedir el voto para un candidato en concreto, llama genéricamente a la participación con banderas nacionales y lemas patrióticos.
“Ya sabemos quién va a ganar“
"Ya sabemos quién va a ganar. Una publicidad excesiva puede jugar en su contra", opina Svetlana. O para no hacer tan evidente, como nos dice Boris, que "no hay alternativa, la oposición es ridícula".
La abstención, único rival de Putin
Según las encuestas, el presidente ruso será reelegido por aplastante mayoría, con más del 70% de los votos. A años luz, quedaría segundo con un 7% Pável Grudinin, el nuevo candidato que presenta el histórico Partido Comunista. Así las cosas, el único rival de Putin el próximo 18 de marzo puede ser la abstención.
Es lo que pide el opositor ruso Navalni con su llamada al boicot electoral. Considerado como el único que podría hacer algo de sombra a Putin, quedó inhabilitado para presentarse por un supuesto caso de estafa. Una sentencia que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos declaró "injusta y motivada políticamente" para dejarle fuera de la carrera presidencial.
En la oficina de Navalni en Moscú han estado formando a observadores electorales. Su misión será vigilar que no se llenen falsamente las urnas de papeletas para inflar la participación. En las anteriores presidenciales de 2012 hubo denuncias de fraude y una oleada de protestas contra el regreso de Vladimir Putin al Kremlin.
En realidad, nunca se fue del todo. Solo cedió momentáneamente la Jefatura del Estado a su leal Dimitri Medvedev porque la Constitución no permite tres mandatos consecutivos. Se mantuvo al frente del gobierno como Primer Ministro. Y en cuanto pudo volvió y reformó la Constitución para ampliar de 4 a 6 años los mandatos presidenciales.
El eterno poder de una "realidad inevitable"
"Estas no son unas elecciones, solo un procedimiento para aprobar su poder una vez más", nos dice el periodista independiente ruso Mikhail Fishman, director durante varios años del periódico Moscow Times. Según él, "cualquier posible rival ha sido eliminado hace tiempo". Y ahora los rusos "no pueden ni siquiera imaginar estar dirigidos por otra persona".
“Solo un procedimiento para aprobar su poder una vez más“
La analista política rusa, Ekaterina Schulmann, añade en otra entrevista para RTVE: "Putin no es un candidato, no puedes ser candidato en un sistema donde no hay posibilidad de alternativa. Él es un líder nacional más o menos popular percibido como una realidad inevitable".
Sobre la popularidad del presidente, Fishman explica que tras la caída de la Unión Soviética y los caóticos años 90, donde muchos rusos vieron esfumarse sus ahorros en medio de una tremenda crisis económica, los rusos creen que la estabilidad que representa Putin "es mejor que un futuro incierto". Otro factor, según él, es "la propaganda actual en televisión, más agresiva incluso que en la era soviética". Y su mensaje de una Rusia fuerte, que ayuda a cicatrizar el orgullo herido de los rusos, "perdedores de la Guerra Fría".
Siete candidatos inverosímiles
Los otros siete candidatos permitidos en las elecciones resultan muy poco atractivos para los rusos. El ya mencionado Pavel Grudinin es un comunista acusado de tener millonarias cuentas en Suiza. La presentadora Ksenia Sobchak es, con 37 años, la más joven y la única mujer que se presenta. Pero su fama por salir en revistas y en televisión no se refleja en votos. Las encuestas no le dan ni un 2% de las papeletas.
Otros con más trayectoria son el polémico ultranacionalista Vladimir Zhirinovski, de 71 años, y el líder del Partido liberar Yabloko Grigori Yavlinski, de 65. Ambos llevan en política desde antes de la caída de la URSS. Al igual que en veces anteriores, no tienen ninguna posibilidad de victoria. Completan la lista tres grandes desconocidos, sin ningún tirón popular: Maxim Suraikin, comunista de corte stalinista, el empresario Boris Titov y el abogado nacionalista Sergei Baburin.
El Presidente ni siquiera participa en ningún debate con ellos, subrayando la distancia abismal que los separa.
La crisis con Londres, el "caramelo" patriótico para Putin
La campaña electoral transcurría de forma anodina hasta el envenamiento del exespía ruso Sergéi Skripal en Londres. Según el analista ruso Andrei Kolesnikov, las acusaciones del Reino Unido .que Rusia niega-, pueden agitar los sentimientos patrióticos de los rusos y movilizar al electorado de Putin.
Si en sus dos primeros mandatos (2000-2008), el crecimiento de la economía, gracias a los altos precios del petróleo, apuntaló su liderazgo, en los últimos años ha sido la arena internacional su principal baza política.
La anexión de Crimea. No por casualidad, ha hecho coincidir las elecciones con el cuarto aniversario de su conquista. El 18 de marzo, Putin solo competirá consigo mismo y con la historia. Sabe que tiene otros seis años por delante para escribir su legado.