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Violencia de género

Cuando el maltrato empieza en casa y continúa en el juzgado

  • Víctimas y asociaciones denuncian el "maltrato judicial" que sufren algunas mujeres

  • Themis afirma que "es más frecuente" de lo que parece y ve falta de formación

  • Isabel denunció a su maltratador tras una paliza pero salió imputada del juzgado

  • "Me sentí cuestionada, se me criminalizó, fue como un castigo", asegura

  • El CGPJ cree que son casos puntuales y reconoce que hay que seguir formando

  • Las asociaciones insisten en que se sigan denunciando los malos tratos

ANA MARTÍN PLAZA
12 min.

"El maltratador intentó matarme, pero el trato de la justicia hizo que yo me haya querido matar". Isabel López denunció a su expareja en abril de 2014 por violencia de género tras recibir una paliza que le dejó el cuerpo lleno de golpes, pero salió del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Arganda del Rey, en Madrid, también imputada, con una orden de alejamiento mutua y con la obligación de entregar a su bebé de 18 meses a su expareja porque era fin de semana. Él utilizó la estrategia de la doble denuncia y presentó un parte de lesiones contra ella por unos arañazos.

El 3 de mayo de 2017, el Juzgado de lo Penal número 4 de Alcalá de Henares le condenó a él a 2 años y 9 meses de prisión por malos tratos en una sentencia que desde el pasado mes de octubre es firme. Ella fue absuelta al demostrarse que no le había agredido. "He pasado una pena de banquillo de tres años con orden de alejamiento", lamenta Isabel, quien cuenta que se sintió "tan desamparada" cuando la imputaron a ella siendo la víctima que "no vio salida" y cogió un bote de pastillas para intentar suicidarse.

"Cuando vas a denunciar al juzgado de violencia vas rota. Vas a pedir ayuda, no hace falta que te den una patada y te echen al agujero", lamenta esta ingeniera industrial de 45 años que llegó a tener su propia empresa. "Me sentí cuestionada (...). Me criminalizó [la jueza], fue como un castigo", añade en declaraciones a RTVE.es.

Una víctima de violencia de género denuncia el trato recibido en un juzgado especializado

Su "calvario judicial", sin embargo, no ha terminado. Ha vuelto a denunciar a su expareja porque el 25 de mayo, días después de ganar el juicio, encontró en la mochila de su hija pequeña unas letras recortadas que formaban la palabra "muerte". Apenas una semana antes, la niña había contado que el padre había dicho que "su madre iba a sufrir mucho" en una de las visitas, según consta en el auto por el que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Arganda ha abierto diligencias previas.

Cuando vas a denunciar vas a pedir ayuda, no hace falta que te den una patada

Isabel teme por la vida de su hija de 5 años, que pasa con el padre las tardes de los martes y jueves, los fines de semana alternos y la mitad de las vacaciones. Por eso solicitó ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer que le retiraran la patria potestad y el régimen de visitas, pero se lo han denegado. Él no ha ingresado en prisión porque el juez de lo Penal ha dejado en suspenso la pena privativa de libertad y le ha impuesto orden de alejamiento y la obligación de hacer un curso sobre violencia de género. Isabel tiene recurridas estas dos decisiones judiciales.

La fiscal: "¿Es que no tiene bastante que ahora quiere quitarle a la menor?"

Durante el juicio sobre el régimen de visitas celebrado el pasado 4 de julio, la fiscal del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Arganda la llegó a acusar en el interrogatorio de estar "jugando con todos". "¿Es que usted no tiene bastante con una sentencia condenatoria en el ámbito penal? ¿Es que no tiene bastante con eso, que quiere más, más? Yo creo que la represalia es de la parte actora que quiere ir ahora a por el padre porque le ha parecido insuficiente la condena en el ámbito penal, que ahora quiere quitarle a la menor", llegó a decirle la representante del Ministerio Público, que también se quejó de los "aspavientos" que hacía la víctima y pidió a la juez que la apercibiera, según puede verse en este vídeo.

Una fiscal, a una mujer maltratada: ¿Es que no tiene bastante con una condena que ahora le quiere quitar a la menor?

Isabel presentó una queja contra la fiscal por trato "inapropiado" pero, la Fiscalía General del Estado resolvió que su actuación había sido "en todo momento correcta y respetuosa" aunque sus opiniones "pudieran no ser compartidas por la denunciante" o fueran "expresadas en algún momento con particular vehemencia".

RTVE.es ha intentado recabar la versión del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Arganda ante las quejas de esta víctima sobre el trato recibido, pero no ha obtenido respuesta tras contactar por teléfono y correo electrónico.

Themis: "La víctima lo que piensa es que va a tener empatía"

El de Isabel es un ejemplo del llamado "maltrato judicial" que algunas víctimas de violencia de género sufren cuando dan el paso de denunciar, según alertan colectivos de mujeres. Desde la Asociación de Mujeres Juristas Themis, su presidenta, Amalia Fernández Doyague, sostiene que esta situación es "más frecuente" de lo que se cree y apunta como causa la falta de empatía y de formación en violencia de género, incluso en juzgados especializados.

"La víctima lo que piensa con toda esa propaganda [sobre la necesidad de denunciar] es que va a tener empatía", pero no siempre la encuentra, según lamenta Fernández, quien alerta del riesgo de que el maltratador salga de estos procesos judiciales "vigorizado y la mujer no vuelva a denunciar".

El sistema termina convirtiendo a las víctimas en delincuentes

Gloria Vázquez, presidenta de la Asociación Ve-la luz, también denuncia el "maltrato institucional" que sufren las víctimas de violencia de género y asegura que el "sistema termina convirtiendo a las víctimas en delincuentes". Con cinco huelgas de hambre a sus espaldas para protestar por esta situación, Vázquez es tajante: "El sistema no está preparado para atender a la víctima, llevan experimentando años. Se ha demostrado que estaban sin formación".

Tanto Themis como Ve-la luz ponen como ejemplo de este "maltrato judicial" los interrogatorios a las denunciantes que provocan una "doble victimización"; el hecho de que se acepten las denuncias cruzadas como estrategia -como en el caso de Isabel López-; o que en algunos juzgados se tenga en cuenta a pesar de no estar reconocido científicamente el Síndrome de Alienación Parental (SAP), que sostiene la madre puede manipular al hijo o hija para que rechace al padre en los procesos de separación.

Ángeles Carmona: "Estoy convencida de que es algo puntual"

La presidenta del Observatorio contra la violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Ángeles Carmona, reconoce que puede haber "quejas" sobre el trato que reciben algunas víctimas cuando acuden a la justicia, pero se muestra "convencida de que es algo puntual" y defiende que "la especialización ha sido un éxito" con la creación de juzgados específicos de violencia sobre la mujer como establecía la ley integral contra la violencia de género de 2004.

No obstante, en declaraciones a RTVE.es, admite que hay que seguir avanzando en la formación en violencia de género, que solo es obligatoria para tomar posesión en los juzgados especializados. Esta formación dura diez días e incluye estancias en órganos judiciales (ocho días) y visitas a centros asistenciales (dos días) por las mañanas y un curso de on-line de 16 horas para realizar por las tardes. Este mismo jueves, la Comisión Permanente del CGPJ acordó poner en marcha el desarrollo de medidas incluidas en el Pacto de Estado, entre ellas, las que tratan sobre la "extensión de la formación especializada" a otros órganos judiciales.

El Observatorio tiene también una guía práctica de actuación que se distribuye a todos los juzgados, según añade Carmona. En ella se explica cómo hacer los interrogatorios, se recomienda "cribar la racionalidad de la denuncia cruzada" antes de imputar "sorpresivamente a quien ha comparecido como víctima" y se alerta de que el Síndrome de Alienación Parental, además de no estar reconocido por ninguna asociación profesional y científica, no es aplicable en casos de violencia de género "al haber sido los hijos y las hijas de esa relación víctimas y testigos de la violencia".

"Se necesita empatía" en los interrogatorios

Desde Themis, Amalia Fernández explica que para ser expertos en género no es suficiente con aprenderse el articulado de la ley, sino que "se necesita saber tratar a la víctima (...). Hay que saber cómo piensa, que no es tonta porque la pegaran y haya vuelto con su maltratador, sino que hay un trabajo previo [de sus parejas o exparejas] que las ha anulado". Muchas, añade, se encuentran solas en los pasillos de los juzgados y se les asigna abogados de oficio que no tienen tiempo para estudiar sus casos.

A las víctimas no se las deja hablar, se les pide que contesten sí o no

Uno de los momentos más duros suele ser el del interrogatorio. Fernández explica que tras años de maltratos y tras atreverse a dar el paso de denunciar, muchas víctimas se encuentran con que se les dice 'céntrese, vaya al hecho concreto' porque se juzga la última paliza, pero ellas necesitan contar lo que les ha pasado. "Se necesita empatía", añade esta experta.

Gloria Vázquez también coincide en este aspecto: "A las víctimas no se las deja hablar, se les pide que contesten sí o no. ¿Cómo puedo contestar sí o no? No necesitas una cuna, pero tampoco que te traten como una delincuente. La mujer termina como una loca y a él lo empoderan".

"No te dejan ni explicarte, no te sientes protegida"

"No te dejan ni explicarte, no te dejan ni hablar. Vas con muchísimos nervios, no sabes contestar, no te sientes protegida en ningún momento", se lamenta Sandra, una víctima que prefiere no aparecer con su verdadero nombre. La violencia, los gritos, las patadas se convirtieron en su día a día desde el momento en el que se casó. "Era un sinvivir, pero yo lo veía normal hasta que llega un momento en el que ves que no puede ser", cuenta al otro lado del teléfono esta mujer que aún no ha cumplido los 35.

Todavía no ha habido juicio pero su exmarido ha conseguido quitarle la custodia de su hija mayor alegando Síndrome de Alienación Parental (SAP), a pesar de que Sandra contaba con informes psiquiátricos que recomendaban que la niña no fuera "en ningún caso" con su padre, según relata esta mujer. "La niña vio cómo me pegaba, no se sentía protegida con el padre. Un día me dijo 'antes me mato delante de un coche'", explica.

Un fallo en tomar declaración puede costar una vida

Ángeles Carmona (CGPJ) subraya la "especial sensibilidad y paciencia" que son necesarias en estos procesos para que la mujer "se sienta segura y no desista". Los interrogatorios, reconoce, son clave porque muchas veces la declaración de la mujer es la única prueba de cargo que hay contra el maltratador y tienen que "hacerse con toda la tranquilidad del mundo (...). Un fallo en tomar declaración puede costar una vida".

Desde la Fiscalía de Sala contra la Violencia sobre la Mujer explican a RTVE.es que algunas víctimas pueden tener la sensación de que no se las escucha si se las interrumpe o corta, pero defienden que se hace "para preservar su intimidad" y para que no den delante de su maltratador más información de la que es necesaria para el proceso.

Necesidad de más formación entre los fiscales

Estas mismas fuentes reconocen, no obstante, que en materia de violencia de género hay que seguir avanzando en la formación de los fiscales que están en los juzgados de guardia. No es algo nuevo, la propia fiscal de sala, Pilar Martín Nájera, en sendas entrevistas concedidas a El País y a El Mundo, a finales del año pasado, reconocía que faltaba formación en los juzgados para atender a las víctimas y apostaba por la formación continua de todos los actores.

Actualmente los fiscales delegados de violencia sobre la mujer acuden todos los años a las jornadas anuales que organiza el Centro de Estudios Jurídicos (CEJ) donde se unifica el criterio que debe regir la actuación del Ministerio Fiscal en esta materia.

Aparte de la formación continua, los fiscales de nuevo acceso a la carrera reciben información sobre técnicas de interrogatorio y cuatro horas lectivas dedicadas a la violencia de género en la asignatura de práctica procesal, según las fuentes consultadas.

Pero, ¿qué puede hacer una víctima si cree que el trato recibido no es el adecuado? Ángeles Carmona explica que pueden poner una queja en el propio juzgado -todos están obligados a tener hojas de reclamaciones- o a través de la propia web del CGPJ. Se estudian todas las quejas y se abre expediente si procede, subraya.

A pesar de las dificultades, los colectivos de mujeres que alertan sobre el "maltrato judicial" aseguran que hay que seguir denunciando. "Yo nunca le voy a decir a una víctima que se calle, lo que cabe es la revolución, echarse a la calle", asegura Gloria Vázquez, de Ve-la Luz. Desde Themis, Amalia Fernández reconoce que hay que tener "mucho coraje para llegar hasta el final" pero que lo que hay que hacer es "parar esto [el maltrato judicial] y transformarlo". El primer paso, que se conozca.

'La última gota', el corto que ya alertó hace cuatro años

El colectivo feminista Las Tejedoras ya denunció en 2014 el "maltrato judicial" en el corto 'La última gota', con diálogos extraídos de testimonios reales de mujeres maltratadas que habían acudido a los tribunales. "Era una herramienta para visibilizar lo que estaba sucediendo", explica a RTVE.es Chus González.

La Última Gota (trailer) from Las Tejedoras on Vimeo.

"El sistema te empuja a una denuncia, pero no tiene herramientas y medios para abordarlo", señala esta portavoz de Las Tejedoras, que introduce la idea de que los recursos para ayudar a las mujeres maltratadas deberían estar desvinculados de la denuncia. "Debería haber procesos de acompañamiento, de escucha, de empatía y ver luego cuál es el mejor momento para denunciar", concluye.

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