El director de la Dirección General de Tráfico (DGT), Gregorio Serrano, ha asegurado que la imprudencia de los conductores no fue la única causa del colapso circulatorio en la AP-6 durante el temporal de nieve del pasado domingo y ha admitido que se cometieron "fallos", por lo que ha pedido "autocrítica" a todos los implicados.
Serrano ha salido al paso este lunes, con comparecencias en varios medios, de las críticas por sus declaraciones del fin de semana, en las que reprochó a los conductores por ponerse en carretera pese a los anuncios que alertaban del temporal.
"No voy a culpar a los conductores de lo que pasó, porque es una situación a compartir entre muchas circunstancias", ha explicado Serrano en declaraciones a TVE.
El director de la DGT ha mencionado la coincidencia de la operación retorno de Navidad con una nevada "no vista en Segovia desde hace años". Pero ha lamentado también que "muchos conductores no planificaron con suficiente antelación, se pusieron a circular por esa zona antes de caer la noche".
El responsable de Tráfico ha insistido en que las circunstancias adversas habían sido suficientemente publicitadas. "Desde el viernes por la mañana, día y medio antes de la nevada, se pusieron más de 6.000 mensajes en los paneles de información variable en las autovías de esa zona; más de 500 boletines de radio; una nota de prensa recogida por todos los medios; la AEMET [Agencia Estatal de Meteorología] dio parte de aviso naranja en esa zona y hubo suficiente información. Otra cosa es que la meteorología cambiara y nevara en una zona de manera más intensa de lo que se había anunciado", ha relatado Serrano en TVE.
"No hay una responsabilidad exclusiva, entre todos debemos ver qué fallo y poner los medios para que no vuelva a ocurrir", ha añadido.
En otra entrevista, esta vez en la Cadena SER, el director de la DGT ha asegurado que no piensa en dimitir. "No tengo ningún motivo, estoy a la disposición del ministro las 24 horas del día", ha respondido. Serrano ha confirmado que él era el máximo responsable al frente de la DGT durante el fin de semana, aunque se encontraba en Sevilla.
DGT y Fomento responsabilizan a la concesionaria
Tanto el director de la DGT como el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, han apuntado a la concesionaria de la autopista de peaje, Iberpistas, propiedad de Abertis, como responsable del mantenimiento de la vía.
De la Serna ha confirmado en Avilés que se ha iniciado el procedimiento para la apertura del expediente informativo a la empresa, "que es la responsable de la toma de decisiones, tal como figura en el protocolo establecido para este tipo de acciones".
El ministro ha asegurado, según informa Efe, que la decisión de cortar y luego de reabrir el tráfico "no fue compartida ni se hizo en coordinación con el Ministerio de Fomento, si no que Fomento fue receptor de la información de la decisión por parte del concesionario".
"La responsabilidad recae sobre el concesionario, no sólo porque lo determine el protocolo y porque está establecido en las condiciones contractuales, sino que existen sentencias del Tribunal Supremo sobre incidentes muy similares que identifican la responsabilidad sobre la empresa", ha añadido el ministro.
Abertis: se aplicaron los protocolos "de máximo nivel",
Por su parte, Abertis ha respondido a las alusiones de las autoridades públicas y ha asegurado que se aplicaron los protocolos "de máximo nivel" en la AP-6. Así lo ha declarado en Onda Cero la directora general de autopistas de la empresa, Ana Bonet.
Cuando se vio que dichas medidas eran insuficientes, se dieron los pasos para el corte de carriles, todo ello de manera coordinada con las administraciones implicadas, según Bonet.
“La situación ha sido excepcional y hemos trabajado muy activamente, todos los medios de la concesionaria y las administraciones, con la máxima intensidad para dar respuesta a la situación”, ha asegurado la directiva de Abertis.
La AP-6, al igual que otras carreteras afectadas por el temporal en el centro peninsular, ha reabierto durante la noche del domingo, aunque aún permanecen vehículos abandonados a la espera de ser retirados.