Definición de una mujer fantástica: “una mujer que es capaz de pasear bajo la lluvia sin paraguas y no mojarse, una mujer que se permite vivir la dignidad y la rebeldía juntas”. Las palabras son de Daniela Vega, auténtica revelación del cine chileno, que protagoniza la película de Sebastián Lelio sobre la lucha de una mujer transexual contra la conservadora sociedad chilena.
Una mujer fantástica, que cuenta con la participación de RTVE, fue premiada como mejor guion del último festival de Berlín, es la más nominada a los premios Fénix, y fue elegida por Chile para optar al Oscar. Es la historia de Martina, interpretada por Daniela Vega, una mujer transexual cuya pareja, un hombre maduro de la alta sociedad, muere repentinamente de un infarto. A partir de ahí, Martina se encuentra con el rechazo de la familia del fallecido, el desprecio policial y hasta la incomprensión de sus amistades.
Pero Una mujer fantástica no puede definirse como un drama, sino como una mezcla con fondo luminoso. “Es una película transgénero sobre un personaje transgénero”, define Sebastián Lelio, director de la premiada Gloria. “La película es una especea de caballo de Troya: coge a un personaje que la sociedad tiende a rechazar para ponerlo en el centro absoluto y filmarlo con caligrafía clásica, a pesar que sea un personaje anticlásico”.
Lelio contactó con Daniela Vega simplemente para documentarse con el guion y le asesorase sobre la realidad transexual. “Conocerla fue un hito en mi vida, salí alucinado y desafiado. Además es muy divertida. Hasta que me di cuenta de que ella tenía que hacer la película”.
Daniela Vega y Sebatián Lelio en el pasado Festival de San Sebastián. noticiasDaniela Vega y Sebatián Lelio en el pasado Festival de San Sebastián.
Daniela Vega, puro carisma, es una cantante lírica con apenas experiencia en el cine que se ha elevado a icono chileno. Lelio reconoce que mucha de su experiencia como transexual se filtró en la historia que, aunque no es moralista ni reivindicativa, sí es un canto al respeto y a la libertad.
“Como echar una gota de tinta morada en un vaso de agua. Así irrumpió esta película en la sociedad chilena”, dibuja descriptivamente la actriz. “Chile es un país moralista, conservador. Y la forma en la que fue recibida por el público fue muy bonita y cariñosa. Era la pretensión: no hacer una película para el mundo del arte, sino sacar la obra del museo”.
Lelio coincide y añade: “Las películas contienen algo en su energía que logran rebasar lo cinematográfico y colarse en el tejido social. Algo de eso paso con Gloria y también con está. Daniela pasó a ser el centro de atención. Ya no solo era cine, la película se entromete en la vida real. Y eso para mí es lo máximo”.
Al igual que Pablo Larraín, el otro grande del cine chileno actual que además produce Una mujer fantástica, Sebastián Lelio ha sucumbido a las ofertas estadounidenses. En septiembre estrenó en el Festival de Toronto Disobedience, protagonizada por Rachel McAdams y Rachel Weisz, recibida con buenas críticas y que llegará a las salas en 2018.