La polémica reunión mantenida hace una semana en el despacho oval de la Casa Blanca entre el presidente de los EE.UU., Donald Trump, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y el embajador ruso en Washington sigue candente.
El asesor de Seguridad Nacional, general McMaster, ha comparecido este lunes ante la prensa para dar explicaciones por la presunta filtración de información secreta que se habría producido en esa cita por parte de Trump a los rusos.
La noticia, revelada este lunes por el diario The Washington Post, ha provocado una tormenta de reacciones en los círculos políticos y la opinión pública estadounidense, ya que compromete además la seguridad de un agente colaborador en territorio controlado por el Estado Islámico. Según reveló el New York Times a última hora del martes, la fuente de la información de inteligencia era Israel.
La Casa Blanca: todo lo que se habló era "apropiado"
Según McMaster, los datos mencionados en esa reunión eran "ampliamente apropiados", y ha descargado a Donald Trump de responsabilidad porque "el presidente no tenía ni idea del origen de la información" compartida con los rusos.
Preguntado directamente por la posibilidad de que Trump hubiera revelado información clasificada, McMaster ha respondido: "No puedo decir qué era clasificado y qué no lo era, pero quiero dejar claro que el presidente no comprometió fuentes ni recursos en esa reunión".
"No hay nada que ocultar", ha alegado McMaster, quien señaló que "las operaciones en marcha son públicas desde hace meses". El asesor, que asegura haber estado presente en la conversación, afirma que "todo lo que se dijo fue apropiado", y "giraba en torno al propósito de la reunión".
La reunión, mantenida el pasado miércoles en la Casa Blanca, se había anunciado como una oportunidad para aclarar el camino hacia la paz en Siria, establecer posiciones respecto a Irán y afinar el consenso en la crisis de Ucrania, que ha deparado un conflicto entre Rusia y la comunidad internacional.
Según la exclusiva del periódico, Trump discutió con los rusos las capacidades de espionaje de un aliado estadounidense clave que obtuvo la información sobre esos planes terroristas del EI. Trump reveló además el territorio bajo control de los yihadistas donde el socio estadounidense (según el NYT, Israel) consiguió la información secreta de espionaje.
Reacciones y alarma
Donald Trump ha descrito este lunes el encuentro con Lavrov el miércoles pasado como "una reunión muy exitosa". Lo ha hecho en una comparecencia ante los medios en el contexto de una vista oficial del presidente turco Recep Taypp Erdogán a la Casa Blanca.
Sin embargo, tras hacerse públicas las circunstancias del encuentro, la Casa Blanca informó inmediatamente a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) para reducir el impacto de las posibles revelaciones.
El líder de los demócratas en el Senado, Charles Shumer, también ha pedido que la Casa Blanca facilite con carácter de urgencia una transcripción completa de las conversaciones mantenidas en la reunión entre Trump, Lavrov y el embajador ruso. Por su parte, el republicano John MacCain, jefe de la Comisión de Seguridad Nacional ha calificado la filtración de "profundamente perturbadora".
Aunque McMaster ha negado la mención de datos cruciales, ha admitido que Trump y Lavrov hablaron sobre un "abanico de amenazas comunes" incluyendo "amenazas a la aviación comercial".
Por otro lado, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ha restado importancia a la polémica: "Podemos dedicarnos con menos dramatismo a otros asuntos y centrarnos en la agenda, o sea, desregulación, reforma fiscal y el rechazo y sustitución del 'Obamacare'", ha apuntado este lunes en una entrevista con el canal de televisión Bloomberg.