La asignatura de Religión ha perdido en los últimos diez años un total de 95.366 alumnos en la escuela pública, mientras que el porcentaje total de los estudiantes, incluidos los de la privada, que están matriculados en esta materia ha pasado de representar el 77% en el curso 2006-2007 a ser del 63% en el actual.
Es decir, 3,6 millones del total de 5,7 millones de alumnos escolarizados eligieron la clase de Religión católica el curso pasado, según los datos facilitados por la Oficina de Estadística y Sociología de la Conferencia Episcopal Española, con información recabada de 68 diócesis.
Suponen una ligera caída en el número de estudiantes matriculados en Religión católica en España en los últimos años. No obstante, las estadísticas son muy similares a las del año pasado, cuando el porcentaje de alumnos inscritos también fue del 63%.
El próximo lunes los obispos presentarán la campaña 'Me apunto a Religión', que tendrá como objetivo fomentar la matriculación en esta asignatura entre los jóvenes. Donde más éxito tiene esta materia es en la escuela privada y concertada, donde el 87% de sus estudiantes cursan Religión católica.
Declive de la asignatura al llegar al Bachillerato
Sin embargo, el momento de mayor declive en el número de inscritos se da en la etapa de Bachillerato, donde tan sólo la cursan el 37% en la escuela pública y el 31% en los centros privados o concertados de titularidad no eclesiástica.
Por otra parte, en los centros privados o concertados de titularidad canónica, el 99% de los alumnos asisten a clase de Religión -dos puntos porcentuales más que en el curso anterior-, un dato que solo cae algo en Bachillerato hasta un 94%.
Se da la circunstancia de que en Bachillerato -al menos en la pública- Religión se imparte como una asignatura optativa a elegir entre otras.
Los obispos afirman que la enseñanza religiosa en el curriculum escolar es "decisiva para una educación integral de la persona, para el diálogo entre fe y cultura" y ayuda a "entender las raíces de ésta, a favorecer la acogida y comprensión del otro, a comprender y estimar las otras religiones, a respetar y amar la naturaleza como obra de Dios".
Además, lanzan un mensaje a las administraciones centrales y autonómicas para que "favorezcan" dicha educación elegida por la familia o los propios estudiantes, "sin intentar imponer otras concepciones éticas". "Al Estado no le corresponde imponer su visión del mundo y del hombre ni una ética determinada sino servir al pueblo, formado por diversas sensibilidades, credos y formas de entender la vida", añaden.