Bélgica recuerda este miércoles a las víctimas de los atentados de Bruselas de hace un año, los peores de la historia del país. Murieron 32 personas y más de 320 resultaron heridas en ataques con bomba en el aeropuerto de Zaventem y en la estación de metro de Maelbeek. Unos atentados reivindicados por el Estado Islámico pero llevados a cabo por residentes belgas.
A las 7:58 se ha guardado un minuto de silencio en el aeropuerto, en una ceremonia a la que han acudido los reyes de Bélgica, el gobierno y personalidades internacionales, además de víctimas y familiares de los fallecidos. La ceremonia ha tenido lugar a la misma hora en la que los terroristas Ibrahim El Bakraoui y Najim Laachraoui hicieron estallar su carga explosiva, matando a 16 personas.
Posteriormente, la comitiva oficial se ha trasladado en metro hasta la estación de Maelbeek, donde también se ha guardado un minuto de silencio a las 9:11, hora en la que Jalid El Bakraoui hizo estallar el segundo artefacto. Por último, se ha inaugurado un monumento en el barrio europeo, donde se encuentra la estación de Maelbeek.
El país, en alerta antiterrorista
El país sigue viviendo en estado de alerta. Bélgica mantiene desplegados a 1.250 militares en Bruselas para apoyar las tareas de vigilancia de la Policía, mientras el organismo que evalúa la amenaza terrorista (OCAM) mantiene la alerta en nivel tres (amenaza "seria y real") en una escala que llega hasta el cuatro.
Donde más se advierte es en el distrito de Molenbeek, un barrio situado a diez minutos de la Grand Place de Bruselas. Varios de los que participaron en los atentados vivieron o se prepararon allí.
Con 96.600 residentes y un 40% de población musulmana (de Turquía y Marruecos, sobre todo), es uno de los distritos más densamente poblados de Bélgica pero también uno de los más pobres. Su tasa de paro triplica la nacional.
La Policía ha entrado en el último año en más de una cuarta parte de las viviendas del distrito (la última operación policial se produjo en enero, y los detenidos fueron puestos en libertad).
Los agentes calculan que existen 51 organizaciones con vínculos terroristas y un centenar están bajo sospecha.
En el último año, ningún presunto yihadista ha viajado a Siria e Irak desde Molenbeek. Un dato que ha animado a la Policía belga a pedir, no sin reticencias, que el plan antiterrorista llevado a cabo en este distrito se extienda a todo el país.