Pablo Picasso (1881-1973), el artista total, genio indiscutible del siglo XX, revolucionario y capaz de reinventarse una y otra vez en sus más de 80 años de trayectoria artística, desde que apenas era un niño hasta sus 91 años. Ese Picasso, el artista inconformista, es el que el Museo Picasso Málaga pretende deconstruir con la nueva renovación de su Colección Permanente que se presenta al público a partir de este 14 de marzo.
"Pablo Picasso es un artista inquieto, cuya curiosidad no se agota nunca y explora cualquier nuevo territorio. Esta nueva presentación de la colección muestra esa actitud no conformista, y esta capacidad de que, a medida que se hace cada vez más mayor, su obra se hace cada vez más libre, de esa persona mayor que se libera de los convencionalismos, de los academicismos, del mercado, de todo", explica el director artístico del Museo Picasso Málaga (MPM), José Lebrero, en una entrevista con RTVE.es.
Pablo Picasso. Nueva Colección mostrará un total de 120 obras pertenecientes a fondos propios y de la Fundación Almine y Bernard-Ruiz Picasso para el Arte (FABA) fechadas entre 1895 y 1972 y en todos los estilos y soportes empleados por el artista malagueño, con el objetivo de "hacer más asequible y cercana la historia de la obra de Picasso". El enfoque, planteado junto al nieto de Picasso y presidente del consejo ejecutivo del MPM, pretende satisfacer también las preguntas que sobre el artista tiene el variopinto público que visita el museo, medio millón de personas anuales con mucho turista internacional dada su ubicación en la capital de la Costa del Sol. En esta sentido, y en línea con la tendencia actual museística de considerar más al público, el museo malagueño pretende convertir en "fortaleza" el alto componente turístico de sus visitantes y "poner en valor el concepto de turismo entendido como un escenario de reflexión cultural el intelectual".
La nueva Colección Permanente se mostrará de modo cronológico, empezando en la primera sala, denominada "Aprendiendo a pintar", por un jovencito Pablo Picasso, que hace sus primeras obras bajo la dirección de su padre, José Ruiz Blasco, profesor de arte, que luego abandonará su Málaga natal para trasladarse junto a su familia a Coruña. Unas salas más adelante en el Palacio de Buenavista, ese niño ya se ha convertido en protagonista de "La aventura del cubismo", para pasar después por el surrealismo, revolucionar luego la cerámica hasta llegar a la última sala, la XI, "Pintar el Siglo de Oro", con una selección de obras de gran formato pintadas cerca de los 90 años.
Se verán 48 pinturas, 19 esculturas, 26 cerámicas, 13 dibujos y 13 obras gráficas y cuaderno de dibujos.
Picasso inédito y versátil
No obstante, la aportación de obras durante los tres años que abarcará este proyecto será de 166, pues los dibujos y grabados se rotarán trimestralmente porque, por condiciones de conservación, no pueden estar expuestos largos periodos de tiempo.
Esta "especie de permanente versátil", además de ser interesante para que el público de Málaga pueda volver a visitar la Colección Permanente con parte de fondos renovados, funcionará también a modo de "experimento" para "ver hasta qué punto somos capaces de ir cambiando lo que es permanente, algo muy del siglo XXI", explica el director del MPM. "Esta versatilidad y esta rotación de obras nos puede ayudar de algún modo a reflexionar sobre cómo escribir esa historia de Picasso, porque hay muchas historias de Picasso y de su obra, pero vamos a intentar colaborar en algo con otra historia diferente en estos años", afirma Lebrero.
Otro de los grandes atractivos de Pablo Picasso. Nueva Colección es que se mostrarán por primera vez al público obras nunca vistas o rara vez expuestas debido a su fragilidad, lo que obedece a las propias características del museo malagueño, cuyas obras pertenecían prácticamente todas al propio Picasso, que las tenía en su estudio y luego pasaron a sus familiares. Así, puede verse por primera vez Restaurante (1914), un collage consistente en un óleo sobre lienzo recortado y pegado sobre cristal realizado en plena I Guerra Mundial en el que define "en clave de humor lo que eran los restaurantes de París en aquel momento"; o una escultura de una bañista tendida realizad en yeso.
'Restaurante' (París, primavera 1914). Pablo Picasso. © FABA Foto: Marc Domage / © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2017
Otras obras que pasarán a formar parte de la permanente son el gran lienzo Las tres Gracias (1923), que representa al Picasso más clásico y monumental; La siesta (1932), con las formas redondeadas y colores suaves que cultivó en los años 30; o su icónica escultura en bronce realizada con un manillar y un sillín de bicicleta que encontró juntos en un montón de chatarra, Cabeza de toro (1942).
El magnetismo de Picasso
Dentro de dos meses, se abrirá al público otra sala más, la Sala XII, de corte "más antropológico" que completará el recorrido por la exposición y que contextualizará al artista con información acerca de su vida y las personas y los lugares con los que se relacionó con el objetivo de responder a preguntas como quién era Picasso y por qué cambió la historia del arte. "Estamos hablando de un artista cuyo magnetismo y mito atrae cada año a millones de personas, si contabilizamos las que visitan los museos monográficos dedicados a Picasso y las que ven las grandes exposiciones temporales que permanentemente se hacen, y nosotros tenemos la ventaja de estar en Málaga, que es donde nació el artista y es un componente añadido de interés", afirma el director artístico del MPM, quien opina que ese lugar de nacimiento dotó al genio de una "mediterraneidad" patente en su obra durante toda sus trayectoria, "una sofisticación cromática y una luz" que lo define como artista andaluz y lo diferencia de cualquier otro artista de Francia, país en el que pasó casi 70 de sus 91 años.
También en breve el MPM publicará un nuevo catálogo con estudios comparativos sobre la obra y el tiempo de Picasso con textos de Trevor Stark, doctor en Arte Moderno de la Harvard University, Cécile Godeefroy, doctora en Historia del Arte Contemporáneo, Francisco Calvo Serraller, historiador y crítico de arte, y el propio Lebrero.