La elegante decadencia del vetusto teatro Lara fue el escenario perfecto para presentar la colección de La Condesa que forma parte del OFF del calendario de MBFWM, junto a firmas como Jorge Acuña, Pepa Salazar, 44 Studio, Palomo Spain y García Madrid.
Marina Conde, su directora creativa, se inspira en la estética victoriana de la versión cinematográfica de Drácula firmada por Francis Ford Coppola para hacer una colección compleja, atrevida y marcada los guiños a la película que ganó, entre otros, el Oscar al mejor vestuario. Su influencia fue enorme, tanto para el cómic de Mike Mignola como años después para el vídeo Frozen de Madonna.
"Me va a costar desprenderme de ella emocionalmente porque han sido seis meses intensos de ver muchas veces la película, de leer los libros sobre el trabajo de la figurinista Eiko Ishioka... es una colección muy vivida y sentida, muy documentada pero no la he sufrido, he disfrutado mucho haciéndola", dice la diseñadora.
Propuestas de La Condesa, la firma de Marina Conde.Foto: Arturo de Lucas noticias
El recato de Mina y la sensualidad de Lucy, dos de los personajes de la cinta, se reflejan en prendas que juegan a tapar y destapar el cuerpo jugando con texturas opacas y con las transparencias.
"Ishioka relacionó cada personaje con un color pero yo me he centrado en el de Drácula, que ella vistió de rojo, negro, blanco y oro", cuenta y desvela que el punto de partida de la colección es la chaqueta.
"Siempre empiezo por las chaquetas, que es lo primero que me sale, y luego me puse con los vestidos". Sus famosas chaquetas militares, que se versionan jugando con el patrón y el color, se mezclan con prendas de fiesta que tontean con la estética gótica o las que tienen detalles deportivos.
El siglo XIX inspira la colección de La Condesa. Foto: Arturo de Lucas noticias
La puesta en escena y la música ( desde la Carmina Burana al Requiem de Mozart) potencian la fuerte carga dramática de la colección y la intensidad de los tejidos, a veces suntuosos. Destacan los bordados con hilos de metal sobre tejidos muy trabajados y los bordados con volúmen sobre botones que aportan riqueza a las prendas.
Llaman la atención los diseños de fiesta en blanco virginal -un guiño a Lucy ya convertida en vampira- y los que van estampados con motivos heráldicos o ecuestres. El tul y el encaje vintage recuperan el glamour decadente del romanticismo, y los cordones de oro acentúan ese aire barroco y maximalista que recorre toda la colección, un alegato sobre el Más es más que choca con la corriente minimalista que empieza a instalarse en las pasarelas.
Se aprecia el trabajo de sastrería, en trajes masculinos y en la reinterpretación de la chaqueta Bar de Christian Dior. "Estoy obsesionada con esta chaqueta", comenta Conde, "y gracias a que tengo un gran equipo a mi lado he podido hacerla y que quede tan bien". La empresa crece. Han pasado de cino a quince personas y Marina está aprendiendo a convivir con esta transformación empresarial a la que se refiere como "dura" y "muy fuerte".
Se baja el telón tras el desfile de La Condesa. Foto: Arturo de Lucas noticias
La Condesa goza de gran popularidad, sobre todo entre la gente de la farándula, artistas que ejercen su talento sobre tablas iguales a las del Lara. Y como primicia nos avanza que en junio presentará su primera línea para hombre, será en la ferie Pitti Uomo, en Florencia. Un indicio más del crecimiento de esta mujer, como creadora y como empresaria.