El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que este miércoles tomará sus primeras medidas en materia de seguridad nacional, entre las que se incluirá la construcción del muro en la frontera con México para frenar la inmigración irregular, una de sus propuestas que más polvareda levantó durante la campaña electoral
"Mañana será un gran día para la seguridad nacional. Entre muchas otras cosas, ¡construiremos el muro!", ha remarcado Trump a través de su cuenta de Twitter, una vez que varios medios estadounidenses habían desvelado ya sus planes.
La prensa, que citaba a funcionarios anónimos del Gobierno estadounidense, había adelantado que Trump firmaría a lo largo del miércoles una nueva tanda de órdenes ejecutivas relacionadas con la seguridad nacional, que se unirán a las adoptadas en estos primeros días de su mandato, como la reactivación de dos oleoductos que su antecesor, Barack Obama, había frenado o la retirada de Estados Unidos del Tratado Transpacífico.
Además de la construcción del muro, las medidas que se aprobarán este miércoles incluyen la suspensión del programa para refugiados y la prohibición de la entrada de inmigrantes provenientes de países conflictivos, una iniciativa que, según la cadena CNN, afectará a Siria, Libia, Somalia, Yemen, Irán, Irak y Sudán.
Posible medida a favor de las deportaciones
De acuerdo con su agenda, Trump firmará las órdenes ejecutivas en una ceremonia en las instalaciones del Departamento de Seguridad Nacional, cuyo nuevo titular, el general retirado John Kelly, fue confirmado por el Senado el pasado viernes.
Según el portal Político, Trump ha invitado a la ceremonia a familiares de personas asesinadas por inmigrantes en situación irregular, lo que augura que también podría tomar algún tipo de medida con respecto a las deportaciones de criminales que prometió.
La mano dura con la inmigración fue precisamente una de las promesas que llevaron a Trump a la Casa Blanca. El magnate prometió levantar un muro a lo largo de toda la frontera con México y pasar la factura a ese país latinoamericano, así como deportar a los once millones de indocumentados que se estima viven en Estados Unidos, aunque más tarde redujo esa cifra.
El presidente estadounidense también se ha mostrado partidario de terminar con el programa de refugiados y llegóa proponer que se prohibiera la entrada al país a todas las personas provenientes de países musulmanes.