La canciller alemana, Angela Merkel, ha advertido este miércoles de que el populismo de Alternativa para Alemania (AfD) es un "desafío" para todas las fuerzas parlamentarias, a las que ha instado a moderar el lenguaje y evitar caer en una guerra partidista con la que, ha afirmado, no se recuperará la confianza de los ciudadanos.
En un discurso ante el pleno del Bundestag (Cámara Baja) en un debate de política general con motivo de la presentación de los presupuestos para 2017, Merkel ha alertado de que buscar "pequeñas ventajas" partidistas sólo favorecerá a quienes ganan votos con "eslóganes y respuestas aparentemente fáciles" a los problemas del país, como la crisis de los refugiados.
"Si nos aferramos a la verdad, ganamos. Y recuperamos lo que es más importante, lo que necesitamos, la confianza de la gente", ha manifestado la canciller, quien ha señalado también que nunca es una buena respuesta "insultar" a los votantes.
Varapalo en las elecciones regionales
El grueso de su intervención ante el pleno estuvo centrado en la crisis de los refugiados y el varapalo que sufrió su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), en las elecciones regionales celebradas en domingo en el estado de Mecklemburgo-Antepomerania, donde fue superado por la AfD, que se situó como segunda fuerza política en ese "Land".
El xenófobo AfD supera por primera vez al partido de Merkel en unas elecciones
AfD, que en las últimas elecciones generales celebradas en el país, en 2013, quedó por un estrecho margen fuera del Parlamento nacional, supone, según Merkel, un "reto" para todos los partidos tradicionales, porque todos han perdido apoyos y ha conseguido además movilizar a los abstencionistas.
Frente a sus "proclamas", la canciller ha llamado a las fuerzas con responsabilidad parlamentaria a "medir" las palabras y a no sumarse a una escalada en la que se ignoren los derechos y no haya respuestas "responsables y constructivas".
El acuerdo con Turquía sobre refugiados, "ejemplar"
A su juicio, hay que tener en cuenta las preocupaciones de la gente, estén o no justificadas, pero también "defender los hechos" y responder a una pregunta clave: qué país quiere ser Alemania en el siglo XXI.
Merkel ha apostado por los principios de "libertad, seguridad, justicia y solidaridad" y ha defendido la gestión realizada por su gobierno de la crisis de los refugiados.
"La situación es hoy mucho mejor que hace un años, aunque, por supuesto, queda mucho por hacer", ha manifestado la canciller, que ha definido como ejemplar el acuerdo con Turquía sobre los refugiados, basado en las deportaciones a territorio turco de quienes lleguen a Grecia de forma irregular.
Merkel ha subrayado que desde que existe el acuerdo con Turquía "prácticamente nadie ha muerto ahogado en el Egeo" y ha agregado que este pacto "es del interés de ambas partes" y un "modelo" para futuros acuerdos similares con países como Egipto, Túnez y Libia cuando sea políticamente posible.
Sin embargo, no hay menos muertos, lo que ha ocurrido es que el pacto UE-Turquía ha desplazado la ruta migratoria del Mediterráneo oriental al Mediterráneo Central.
Casi 3.000 inmigrantes y refugiados han muerto en el Mediterráneo desde inicios de este año, la mayor cifra alcanzada en un periodo tan corto desde que empezó la crisis de refugiados en Europa hace cuatro años, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Cerca del 90% de esas muertes se han registrado en el Mediterráneo central, entre Libia e Italia.
Más de 242.000 inmigrantes y refugiados entraron a Europa por mar este año, con el éxodo que se ha trasladado del Mediterráneo oriental (entre Turquía y las islas griegas) a ocurrir ahora casi exclusivamente a través de las rutas que parten de las costas de Libia hacia territorio italiano.