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Federico Axat: "El engaño en un thriller es un artificio legítimo, pero no vale un final traído por los pelos"

  • La novela La última salida da una nueva vuelta de tuerca al suspense

  • RTVE.es habla con su autor, Federico Axat, sobre las claves del género

ANA BELÉN GARCÍA FLORES
4 min.

Ted MacKay está a punto de pegarse un tiro en la sien cuando el timbre de su casa empieza a sonar con insistencia. Frena sus intenciones, de momento, y descubre una nota de su puño y letra que reza: “Abre la puerta, es tu última salida”.

Con este intrigante comienzo arranca La última salida (Editorial Destino, 542 páginas, 19,50 euros), el último libro del escritor argentino Federico Axat (Buenos Aires, 1975), que ofrece una novedosa-y –desconcertante- vuelta de tuerca al suspense en un juego de espejos que plantea un reto mayúsculo al lector.

La novela ya ha sido traducida a 27 idiomas, es un éxito de ventas, y va camino de convertirse en un nuevo fenómeno del género por la originalidad de sus planteamientos.

Portada de 'La última salida'

Axat, que se encuentra de gira por España para presentar la obra, explica a RTVE.es su método de trabajo para alcanzar la exactitud milimétrica en la estructura de su última criatura.

El escritor no planifica nada y se deja llevar por la historia en el proceso de escritura, aunque vuelve sobre la trama una y otra vez para repasar que no quede ningún cabo suelto, y que el conjunto tenga sentido. Un sistema que el autor, de profesión ingeniero civil, disfruta al máximo a pesar de su dificultad añadida.

“El engaño en un thriller debe ser un artificio legítimo, no vale sacar un conejo de la chistera de cualquier parte, o un final traído por los pelos”, señala, para añadir que le gusta ponérselo “un poco más complicado” a los lectores actuales que están más bregados con el misterio por el cine y las series de televisión.

Un argumento en transformación

La última salida no es un thriller psicológico al uso, hay una gran incógnita de fondo, sí, y establece giros imprevistos a ritmo vertiginoso, pero aquí desaparecen las similitudes; su originalidad radica en que a cada paso el argumento se transforma, nada es lo que parece, y compone una historia con otras muchas historias dentro hasta llegar a una traca final de altura inesperada y sabor de película.

Federico Axat, que ya ha sacado al mercado cuatro novelas, partió de un relato corto que durmió largo tiempo en un cajón, hasta que saltó la chispa que le permitió avanzar. Tardó dos largos años en completarlo siempre bajo la premisa de “ponerse en el lugar del lector en todo momento”, primero manteniendo “teorías vivas” durante un lapso del relato para, luego, diseminar “pistas” que siembren la duda en la mente del público, que entrará de lleno en el “engaño”.

La composición final es un puzzle complejo en el que las piezas acaban encajando en un símil explícito con el ajedrez, que es una referencia constante en el texto en una analogía como “juego de estrategia en el que hay que estar un paso por delante del oponente”, relata el autor.

Un estilo muy de Hollywood

El protagonista de la novela, Ted MacKay, deberá descubrir qué está ocurriendo en un ejercicio en el que los sueños, el poder de la mente y la realidad se mezclan, en un desarrollo que recuerda a los filmes Origen o Shutter Island, y que exhibe matices característicos del “black” anglosajón.

Axat admite que desde joven es un ávido lector de novelas policíacas, en las que se introdujo por la influencia de su familia, grandes aficionados al género, y aunque confiesa que sus gustos son eclécticos, Stephen King y Michael Conelly “le han marcado” y son dos de sus grandes referentes, según explica.

No en vano, el ritmo de su prosa es plenamente cinematográfico: directo, ágil y muy visual, de hecho, ya existe una propuesta firme para trasladar la espiral de suspense del novelista a un guión de Hollywood.

El cóctel que agita el escritor bonaerense, que a menudo sitúa sus novelas en EEUU donde residió durante un tiempo, es puramente adictivo. Ya ha sido calificado de forma entusiasta por la crítica cómo un planteamiento inédito a la hora de abordar el muy revisitado mundo del thriller.

Mientras los sueños toman forma, Federico Axat disfruta del contacto con los lectores, ya con la mente puesta en un nuevo libro: “algo fresco”, afirma, que tendrá una complejidad, al menos similar, a la de La última salida, su thriller perfecto.

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