Ante el cara a cara entre los candidatos del PP y el PSOE a la Presidencia del Gobierno que se verá este lunes en RTVE, los equipos de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez preparan concienzudamente a sus candidatos, ante la certeza de que en este debate se juegan muchos votos y se pueden ganar -y perder- posiciones en la carrera electoral antes del 20-D.
Este domingo, Rajoy y Sánchez salieron de los mítines centrales de su campaña para dedicar de lleno la tarde a preparar el duelo dialéctico. Sus últimas palabras antes de 'encerrarse' con sus equipos fueron que se encuentran "bien, muy animado" -Rajoy- y que su único temor es que su contrincante no asista -son palabras de Pedro Sánchez-.
El PP "firmaría un empate" en su único cara a cara
El PP tiene mucho respeto al debate que mantendrá este lunes Mariano Rajoy. Para el presidente, ausente en los debates de precampaña y campaña celebrados hasta la fecha, este es el principal, el que enfrenta al presidente con el principal aspirante, y pretende poner de manifiesto todo lo positivo que ha supuesto la gestión de su Gobierno, incidiendo en la recuperación económica, y resaltar el valor que representa su experiencia frente a Sánchez u otros candidatos.
Rajoy: "Espero que podamos explicar nuestra visión de España y lo que pretendemos hacer en el futuro"
Y, sin embargo, por primera vez, los 'populares' reconocen que no quieren ganar por goleada en un cara a cara y admiten que "firmarían un empate" porque a Rajoy no le conviene amortizar a Sánchez, confirman fuentes de la dirección nacional consultadas por Servimedia.
Es decir, creen que si Rajoy gana con superioridad, habría un traspaso de ese voto socialista, que según sus encuestas internas se situaría en un 18%, a Ciudadanos y Podemos, que estarían empatados con el PSOE en porcentajes muy similares.
“El PP no querría una victoria tal que llevara a Ciudadanos y Podemos a 'pescar' los votos indecisos del PSOE“
Con todo, admiten estas fuentes, hay "mucho riesgo" en un cara a cara en el contexto de la campaña más mediática de la historia, en la que más voto indeciso hay y en la que, por ese cóctel, más apoyos se deciden a través de las pantallas. Además, en Génova son conscientes de que Sánchez "se juega" este lunes "todo" tras una campaña que le ha perjudicado y unas encuestas a la baja ante las cuales no tiene nada que perder.
Sabedor de la importancia de una cita "decisiva", Rajoy tuvo su primera "toma de contacto" con el debate el pasado martes por la tarde, tal y como contó en una conversación informal con periodistas un día después en Palma de Mallorca.
El jefe del Ejecutivo prepara el debate con varios de sus colaboradores más cercanos, entre ellos la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría; su jefe de Gabinete y responsable de la campaña del PP, Jorge Moragas; la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro, y su gurú de referencia, Pedro Arriola.
“Los 'populares' admiten que hay "mucho riesgo" en un cara a cara dentro de la campaña más mediática que se recuerda“
Rajoy, que ya adelantó deberes el pasado martes para preparar el debate, según fuentes del PP, tuvo que saltarse una sesión de estudio el sábado, ante las consecuencias del atentado en Kabul en el que murieron dos policías españoles. Este lunes dará el último repaso. Sus 'apuntes' son la documentación que tiene o ha pedido a los ministerios sobre los apartados del debate: Economía y Empleo, Estado del Bienestar, Reformas Institucionales y España en el mundo.
El candidato del PP ya avanzó esta semana que su objetivo es que el cara a cara de esta noche sea "sensato, equilibrado" y centrado en "el futuro". "Yo me los tomo muy en serio", dijo para apuntar que "respeta las reglas" y que, "no ensaya", sólo "refresca" conceptos porque ya ha hecho "muchos debates".
Ahora bien, en el PP no pasan por alto que el debate puede quedar marcado por la gestión del atentado contra la embajada española en Kabul (Afganistán), así como por los casos de corrupción. Fuentes populares rechazan que haya especial preocupación por el caso del embajador Gustavo de Arístegui y del diputado Pedro Gómez de la Serna.
Un debate importante pero no decisivo para el PSOE
El secretario general del PSOE encara el debate como un examen final para tratar de remontar en las encuestas, aunque su equipo subraya que, pese a ser importante, no será decisivo en el resultado de las urnas, por lo que su preparación no dista de la hecha en los debates anteriores a tres y a cuatro que ha celebrado Pedro Sánchez entre la precampaña y la campaña.
Sánchez quiere un debate ágil, vivo, intenso e interesante para los electores
El candidato socialista centrará su estrategia en hacer que Rajoy "rinda cuentas por su gestión", en especial, en lo referido al paro, los recortes y la desigualdad, y en exigirle explicaciones por los casos de corrupción que afectan al PP.
"Vamos a decir las cosas claras y poner la verdad encima de la mesa", señalan desde su entorno, que temen que Rajoy busque un debate bronco en el que "no pueda rodar el balón".
“Sin "una preparación específica", en el PSOE preparan el cara a cara como uno más para Sánchez“
Añaden que lo fundamental en un cara a cara es no cometer errores, aunque puntualizan que eso no significa que Sánchez vaya a ser cauteloso. Sus sesiones de estudio le ha dedicado, tanto el domingo por la tarde como este lunes, en Madrid, en contacto directo con sus más próximos colaboradores y estudiando las fichas que le han preparado sobre los distintos temas.
Su equipo explica que "no necesita una preparación específica" respecto a los dos anteriores debates en los que ha participado en esta campaña porque "tiene los temas muy trabajados" después de muchos meses en contacto con la calle, de asambleas ciudadanas y de sesiones parlamentarias.
“Pedro Sánchez tratará de que Rajoy rinda cuentas y haga balance de su gestión“
Buscará exponer su programa y contrastar lo realizado por el PP con las propuestas del PSOE y que Rajoy rinda cuentas y haga balance de su gestión, ya que en el partido socialistas le mostrarán que los datos del paro no son tan buenos como presume el Gobierno y que en España hay mayor desigualdad.
Paro, desigualdad y corrupción son las características de la legislatura, a juicio de los socialistas, y Sánchez se está encargando de repetirlas en sus actos públicos.