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Svetlana Alexiévich, el camino al Nobel de la historiadora del alma

  • Recogerá el Nobel de Literatura este miércoles en Estocolmo

  • La televisión pública bielorrusa no retransmitirá la ceremonia

  • Publican su segunda obra traducida al español, La guerra no tiene rostro de mujer

LAURA G. TORRES
3 min.

"Sigo las pistas de la existencia del alma, hago anotaciones del alma... El camino del alma para mí es mucho más importante que el suceso como tal, eso no es tan importante. El "cómo fue" no está en primer lugar, lo que me inquieta y me espanta es otra cosa: ¿qué le ocurrió allí al ser humano? (...). Escribo la historiografía de los sentimientos... La historia del alma. (...) La Gran Historia". La escritora Svetlana Alexiévich define con estas palabras lo que busca con su escritura, esa que le ha valido el Premio Nobel de Literatura 2015, que recogerá el próximo miércoles en Estocolmo ante los ojos de todo el mundo, excepto los de sus compatriotas porque la televisión pública bielorrusa no retransmitirá la ceremonia.

El fragmento está extraído de La guerra no tiene rostro de mujer (Debate, 368 páginas, 21,90€), que salió a la venta en noviembre y es la segunda de las obras de Alexiévich que se publica en español -la otra es Voces de Chernóbil-, que precisamente pone voz al casi un millón de mujeres que combatió en las filas del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial.

Un libro para "hacer vomitar a los generales"

La también reportera recorrió durante cuatro años más de un centenar de pueblos y ciudades y realizó más de 500 entrevistas que grabó en miles de metros de cinta. Todo ello para escribir un libro que "lograra que la sola idea de la guerra diera asco" y que "hiciera vomitar a los generales", cuenta la Premio Nobel de Literatura en su relato.

Y a verás que lo consigue con testimonios como estos:

-"Nos había costado... Nos había costado asimilarlo. Odiar y matar no es propio de mujeres. No lo es..." (María Ivánovna Morózova, cabo, francotiradora).

-"Dejamos de llorar porque para llorar hacen falta fuerzas. Lo único que queríamos era domir. Dormir y dormir" (Valentina Pávlovna Maksimchuck, servidora de una pieza antiaérea).

-"¿Cuántos años duró la guerra? Cuatro años. Es mucho tiempo. No recuerdo ni pájaros, ni colores. Claro que estaban presentes, pero no los recuerdo. Sí... Es extraño, ¿verdad? ¿Acaso las películas sobre la guerra pueden ser en color? Allí todo es negro. Tan solo la sangre es de otro color, sola la sangre es roja..." (Klavdia Grigórievna Krójina, sargento, francotiradora).

Estos testimonios desgarradores recogidos en La guerra no tiene rostro de mujer no pudieron leerse en la URSS, porque el libro estuvo prohibido durante cinco años hasta que las reformas de Gorbachov permitieron su publicación.

Ceremonia en Estocolmo

"No escribo sobre la guerra, sino sobre el ser humano en la guerra. No escribo la historia de la guerra, sino la historia de los sentimientos. Soy historiadora del alma". Esta es la literatura "de voces" de Svetlana Alexiévich, la que conforma esa "obra polifónica, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo" que le ha reconocido el jurado del Premio Nobel.

La escritora lo recogerá este miércoles a las 16.30 horas en el Concert Hall de Estocolmo, en una ceremonia en la que también se entregarán el resto de galardones, y que se podrá seguir en directo por RTVE.es. Antes, este lunes 7 de diciembre a las 17.30 horas, la escritora leerá el tradicional discurso de aceptación del premio en la Academia Sueca.

Será ante los ojos de todo el mundo, pero no ante los de sus compatriotas. Alexiévich ha estado perseguida en Bielorrusa, y no parece que las cosas hayan cambiado demasiado.

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