La lista pro independentista de Junts pel Sí es la ganadora de las elecciones catalanas celebradas este domingo, pero con sus 62 escaños no alcanza por sí misma la mayoría absoluta de 68 diputados para formar gobierno, para lo que necesita la adhesión de la CUP, que ha logrado 10 representantes.
Con estos resultados, los partidos independentistas, Junts pel Sí y la CUP, superan la mayoría absoluta de escaños, al obtener 72, cuatro por encima de los necesarios, dos menos que los que obtuvieron las listas soberanistas en 2012; pero el independentismo pierde impulso al no rebasar la mayoría absoluta de votos, que solo rozaron con un 48% del total de votos emitidos (Junts pel Sí aporta el 39% y la CUP el 8%).
En el mapa de circunscripciones, la suma de votos de Junts Pel Sí y la CUP superó a la de Ciudadanos, el PSC, Unió y Catalunya Sí que es Pot en 33 de las 42 comarcas, pero fue a perder en las tres más pobladas: Barcelonés, Vallés Occidental y Baix Llobregat, donde han votado más de dos millones de personas, la mitad de todos los que han acudido a las urnas este 27 de septiembre.
Así, el voto independentista no logra el objetivo que, en teoría, cabría esperar de un proceso vestido de plebiscito para legitimar la puesta en marcha del proceso hacia la independencia de Cataluña y con el que habrían añadido un plus de legitimidad a su pretensión de un Estado propio que contara con reconocimiento internacional.
De hecho, bajo estos parámetros, la lista de Raül Romeva, Artur Mas y Oriol Junqueras se encuentra con que las candidaturas no soberanistas son mayoría, al representar un 51% de los votos en el conjunto de Cataluña.
Lectura de escaños o lectura de votos
Después de que hayan acudido a las urnas cuatro millones de personas -el censo electoral era de 5,5 millones-, y suponiendo que todos los votantes lo hubieran hecho pensando en soberanista, el paisaje en esos términos es el de una Cataluña perfectamente polarizada.
Casi dos millones de votantes han dado su apoyo a los independentistas; algo más de dos millones de catalanes, al resto. A los efectos de una votación plebiscitaria, estas elecciones apenas mejoran el resultado de la doble pregunta de la consulta del 9 de noviembre de 2014, cuando el doble sí a la pregunta de si los catalanes deseaban un Estado catalán e independiente de España obtuvo 1.861.753 apoyos.
Sin diferencias rotundas, la interpretación del resultado electoral y los pasos que seguirán vuelven a depender del relato político, que no se ha hecho esperar.
Escrutinio en mano, el resultado ha servido para cantar victoria en la clave plebiscitaria en la que Mas y Junqueras han planteado su alianza política y los comicios autonómicos. Los partidos y asociaciones ciudadanas agrupados en la lista de Junts pel Sí fijaron estas elecciones como palanca para impulsar su proyecto político hacia la independencia política, y Mas no se ha apeado de esta idea. "No aflojaremos", ha advertido al Estado, arrogado de la "gran legitimidad" que, según él, le dan los resultados.
Pero el resultado plantea un primer obstáculo para alcanzar no ya la investidura de Mas -que puede conseguir por mayoría simple- sino la gobernabilidad y el rumbo del proceso, ya que el partido que se erige como llave en la XI legislatura del Parlament catalán, la CUP de Antonio Baños, ha dicho durante la campaña que no contribuirá a que Artur Mas presida por tercera vez la Generalitat.
Y en todo caso, aunque avalen la presidencia de Mas, el liderazgo ya no pertenece en exclusiva a Mas y Junqueras, sino que Antonio Baños se propone entrar como acelerador del viaje independentista pasando, si es necesario, por la "ruptura" y la desobediencia. "Hoy nace la República", ha dicho Baños.
Para el Gobierno, testigo de la noche electoral desde la sede del PP en Madrid, el resultado de estas elecciones autonómicas supone que "la estrategia secesionista" del presidente de la Generalitat "ha fracasado" porque no ha logrado ni en escaños ni en votos el apoyo que reclamaba.
Ciudadanos triplica sus escaños y liderará la oposición
La participación histórica en estas elecciones, que ha batido todos los récords, con un 77,46% -diez puntos más que en las autonómicas de 2012- y el marco en el que se han presentado las alternativas políticas han propiciado un giro dramático en el balance de fuerzas políticas en Cataluña, de nuevo a costa del tradicional binomio PSC-PP, que ha sumado un 21% de los votos -fue más de un 27% en 2012-.
Ciudadanos se convierte en la segunda fuerza más votada, pasando de nueve escaños a 25, y su candidata, Inés Arrimadas, con 34 años la más joven de los contendientes, ha logrado batir las encuestas más optimistas. Lo primero que ha hecho como virtual líder de la oposición es pedir la dimisión de Mas y unas nuevas elecciones fuera del prisma de la independencia.
C's ha obtenido el 17,9% de los votos y más de 700.000 votos, un meteórico ascenso de 425.000 votos y diez puntos en estas elecciones respecto a las de 2012. Bate al PSC en 200.000 votantes, dobla de largo a los 'populares' y ha sido la segunda fuerza en las cuatro provincias catalanas por detrás de Junts pel Sí.
Además, ha alcanzado este hito cuando quedan menos de tres meses para los comicios generales en el que el líder del partido, Albert Rivera, se postula para la Moncloa y por primera vez ha conseguido representación en las cuatro provincias catalanas.
Debilitamiento del PSC y desplome del PP
Arrimadas será la líder de una oposición parlamentaria, entre la que el PSC logra a duras penas salvar los muebles y mantenerse como tercera fuerza, con 16 escaños. Cediendo 10.000 votos, pierde cuatro diputados respecto a los resultados de las elecciones de noviembre de 2012, lo que les supone, ahora como entonces, alcanzar un nuevo suelo electoral.
Como consuelo, mejora los resultados que pronosticaban las encuestas para Miquel Iceta y los socialistas pueden seguir diciendo que son la fuerza mayoritaria de la izquierda en el Parlamento catalán.
Mantener su posición, en su caso la cuarta, no lo ha conseguido por 17.000 votos el PP, que experimenta además la mayor caída de escaños de estas elecciones, una sangría de representantes respecto a 2012, los mejores resultados de su historia, al pasar de 19 a 11 escaños, unos niveles de voto que no conocía desde los años noventa.
Catalunya Sí que es Pot (integrada por Podemos, ICV, EUiA y Equo), ha conseguido finalmente 11 escaños, logrando imponerse como cuarta fuerza política tras pugnar durante el recuento con PP y la CUP. Pero la coalición de izquierdas que encabeza Lluís Rabell, apenas ha sumado 1.000 votos más que los que tuvo ICV-EUiA en solitario en 2012, y en consecuencia ha perdido dos diputados.
En estas elecciones, las sumas de siglas no han redundado en una mejora neta de representación y para Catalunya Sí que es Pot, la presencia activa de los líderes nacionales de Podemos, Pablo Iglesias, e IU, Alberto Garzón, y la apuesta por un mensaje basado en las políticas sociales y la lucha contra la austeridad no ha atraído a los votantes. Iglesias ha reconocido sin ambages que es un "resultado altamente decepcionante".
En el caso de la lista anticapitalista de la CUP, los 10 escaños suponen triplicar su representación y convertirse en llave para la gobernabilidad de Cataluña y vigilante del proceso de "ruptura" con España, si bien su líder, que aseguró que no forzaría nada que hiciera "descarrilar" el proceso independentista, abogó también por un "presidente de consenso", que no fuera Artur Mas, en un futuro gobierno de "concentración".
Unió Democràtica de Catalunya, tras su escisión de CiU, es sin duda la gran perdedora del realineamiento político en Cataluña: se queda fuera del Parlament al no obtener ningún diputado de los que los sondeos inicialmente le atribuían en la provincia de Barcelona, con el 2,5% de los votos.
Ramon Espadaler, heredero de la escindida Unió ha visto como los democristianos se convierten en una fuerza irrelevante después de 37 años de alianza con los convergentes. No ha llegado al tres por ciento de los votos ni siquiera en Vic, su localidad natal, donde ha arrasado Junts pel Sí. El presidente del Comité de Gobierno de Unió, Josep Antoni Duran, ha anunciado que pondrá su cargo a disposición del partido.
Junts pel Sí, menos votos que CiU y ERC en 2012
Por provincias, Junts pel Sí obtiene la mayoría absoluta de escaños y votos en Girona (56% y 11 escaños de 17) y Lleida (55,2% de los votos y 10 escaños de 15), pero no así en Tarragona (JxSí saca un 41% de los votos y la CUP un 7%) y tampoco en Barcelona, que elige a 85 diputados, casi dos tercios del Parlament y donde el nacionalismo tiene menos representación (los votos de JxSí no llegan al 36% y les otorga 32 diputados).
La victoria que esgrime Junts pel Sí en los términos de referéndum en los que había planteado la campaña no lo es tanto si se comparan los resultados que obtuvieron CiU y ERC por separado en las elecciones de 2012, en lo que es posible comparar entidades similares pero no iguales.
En las últimas elecciones autonómicas, CiU y ERC alcanzaron los 71 diputados -74 contando con los tres que sumó la CUP de David Fernández en esas elecciones-. En estos comicios, los dos partidos unidos en Junts pel Sí habrían perdido nueve escaños, aunque el independentismo puede presentar una suma de 72 escaños al contar con la candidatura encabezada por Antonio Baños.
Desde 1984, CiU y ERC siempre habían sumado escaños como para tener la mayoría absoluta en el Parlament, cosa que no han logrado en esta ocasión. De hecho, los 62 escaños de Junts pel Sí este 27 de septiembre son los mismos que CiU consiguió en solitario en 2010, cuando Artur Mas consiguió por fin la mayoría que le abría las puertas de la Generalitat.