En los corrillos, mentideros y barras donostiarras colmadas de pintxos hay consenso: es difícil elegir una Concha de Oro porque el nivel de las películas de la Sección Oficial ha sido parejo. Y no en el mejor de los sentidos. Pero como todo tiene un desenlace, esta noche a las 21.00 h. (en directo en La 2 y RTVE.es) comienza desde el Kursaal de San Sebastián la gala de entrega del palmarés de la edición número 63 del Festival de cine, que conduce la actriz Aitana Sánchez Gijón.
Difícil decisión del jurado de este 63 San Sebastián. Donde no hay...
¿Favoritas? Entre las preferidas se encuentran las españolas Truman, de Cesc Gay, que emocionó en el arranque del certamen, y Un día perfecto para volar, de Marc Recha, que dejó un regusto agradable el último día. Por detrás se sitúa El rey de La Habana, de Agustí Villaronga.
Y, espigando entre las cintas extranjeras, aparecen Sunset Song, obra menor del gran Terence Davies; Los caballeros blancos, película francesa del belga Joachim Lafosse sobre las agotadoras gestiones de una ONG; y 21 nuits avec Pattie, de Arnaud Larrieu, tal vez la obra más amena de la competición. Pero tampoco soprendería que obras como la islandesa Sparrow, o la cinta en euskera Amama, pudieran optar a premios. Hasta la delirante High-Rise, de Ben Wheatley, tiene sus fans.
El motivo de tanto término medio puede ser, sencillamente, que la cosecha mundial de películas en 2015 no alcanza a las añadas anteriores. En el reciente Festival de Toronto, de cuyos ecos vive San Sebastián, ya se señaló un bajón similar. Con ese panorama, lo pescado por San Sebastián después de que Berlín, Cannes y Venecia esquilmarán lo más interesante, no ha resultado tan fresco como en las magníficas ediciones de los últimos años.
Pero también hay voces que recuerdan que películas españolas como La novia, de Paula Ortiz (rebajada a la sección Zabaltegi), y Lejos del mar, de Imanol Uribe (fuera de concurso), merecían luchar por la Concha de Oro.
En los premios de interpretación resuenan dos nombres: Ricardo Darín, por su magisterio en Truman, y Ellen Page por su reivindicativo papel en la rutinaria Freeheld. Ambos cumplen con un requisito no escrito: estuvieron en el certamen presentando su película.
Por lo demás, el festival cierra el telón de las salas con la película de clausura London Road, de Rufus Norris, cinta británica sobre los asesinatos de cinco prostitutas que en 2006 sacudieron la población inglesa de Ipswich y que protagoniza Tom Hardy. La película se centra en la serie de entrevistas que se hicieron a los vecinos, reproduciendo exactamente lo que dijeron. Originalmente London Road es un musical estrenado en, aunque al trasladarlo a las pantallas se decidió transformarlo en una ficción no musical.
London Road no es una película sobre quién lo hizo, sino sobre la sobreexposición mediática de un caso que marcó para siempre a una población. La única pregunta que flota en Donostia es: ¿quién ganará la Concha de Oro?