El candidato de Junts pel sí, Raül Romeva, ha afirmado que Cataluña no tiene un problema con la sociedad española, sino con las estructuras del Estado, y ha asegurado que esto desaparecerá el día que Cataluña tenga un Estado y negocie de igual a igual, ya que entonces las relaciones será "fructíferas, cordiales y útiles en beneficio de todo el mundo".
"No nos vamos a ningún sitio, Cataluña seguirá estando donde está. Simplemente, cambian las relaciones políticas e institucionales. Ni nos vamos ni rompemos", ha dicho.
Ha concluido que la independencia no va contra nadie por lo que, si se concreta, esto repercutirá positivamente en las relaciones: "El objetivo final pasa por construir y agrandar las relaciones de Cataluña con el Estado. No beneficia a nadie una situación permanente de tensión y conflicto".
España y la UE negociarán con Cataluña
También ha pronosticado que tanto España como la UE tendrán un "interés común" en negociar una eventual independencia de Cataluña si la candidatura que encabeza gana ampliamente en las elecciones del 27 de septiembre, porque habrá un mandato ciudadano claro. "Cuanto más masivo sea el mandato más dificultades tendrá el Estado para negarse a una negociación", ha razonado.
“"Si llega una propuesta del Estado tendremos que escucharla y, en función de la oferta, hablar y preguntar a la gente"“
"Habrá el interés compartido de encontrar un acuerdo. Es irresponsable y fuera de toda lógica obsesionarse en bloquear una negociación cuando la única opción es una negociación", ha afirmado en una rueda de prensa ante las restituidas cuatro columnas del arquitecto Josep Puig i Cadafalch que representan la 'senyera'.
El candidato de Junts pel sí no ha contemplado que llegue una oferta del Estado que haga replantear la hoja de ruta independentista que su candidatura llevará a las urnas en menos de dos semanas. "Si llega una propuesta tendremos que escucharla y en función de la oferta tendremos que hablar y preguntar a la gente, pero en estos momentos sobre la mesa no hay nada", ha expuesto.
Al estar convencido de que el Estado y la UE negociarán, Romeva no ha querido contemplar posibles escenarios de desobediencia como sí lo hizo recientemente el presidente de la ANC, Jordi Sánchez.