El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha autorizado el envío de hasta 450 militares más a Irak para entrenar y asesorar a las fuerzas de ese país que luchan contra los yihadistas del Estado Islámico (EI), ha informado la Casa Blanca.
Estos efectivos se sumarán a los 3.100 ya desplegados en el país árabe y no participarán en acciones de combate, siempre según la administración estadounidense, según la cual la medida responde a una petición del primer ministro iraquí, Haider Al Abadi, con quien Obama se reunió el lunes en Alemania.
Según la nota oficial, el objetivo de este nuevo contingente será "entrenar, asesorar y ayudar" a las fuerzas iraquíes en una base en el este de la provincia de Al Anbar, cuya capital Ramadi está en manos de los yihadistas desde mediados de mayo.
Además de los miembros de las Fuerzas Armadas iraquíes, el entrenamiento y la "entrega rápida de equipos esenciales y material" (sin más detalles) incluirá también a los combatientes tribales, según la traducción de Efe.
Precisamente, parece que la prioridad del Pentágono actualmente es implicar a las tribus suníes en la lucha contra el EI, según la agencia France Presse, que recuerda que Obama dijo esta semana que "sin participación local es difícil mantener el control en esas regiones" y que "las tribus suníes no solo están dispuestas a combatir al EI, sino que lo hacen con éxito" aunque "no con la suficiente rapidez".
10 meses en Irak
Obama también dijo en Alemania que su Gobierno todavía no había desarrollado una "estrategia completa" para entrenar a las fuerzas iraquíes en la lucha contra los extremistas, lo que le ha valido críticas internas principalmente entre legisladores y aspirantes republicanos a la Casa Blanca, recuerda Efe.
Washington recuerda que hasta ahora y junto a militares de países aliados como España ha dado entrenamiento a 12.000 soldados locales en cuatro centros en Irak. Además, desde agosto del año pasado lleva a cabo bombardeos contra el EI en ese país y desde septiembre en la vecina Siria.
La presencia de tropas estadounidenses en Irak es una constante desde la invasión para derrocar a Sadam Husein en 2003, aunque sus soldados dejaron de combatir sobre el terreno en 2011.