A veces sucede que un tiempo de cambio revoluciona mentes y fronteras políticas. En medio de esos huracanes de la historia, documentar lo que acontece implica ser parte de la epopeya, y los nombres de los que lo hacen se convierten en apellidos consagrados a la sombra de su obra. Las primeras décadas del siglo XX fueron ese tiempo por antonomasia, y una de sus protagonistas fue Assunta Adelaide Luigia Modotti (Italia 1896, México 1942), más conocida como Tina Modotti, activista política y fotógrafa.
"Vivía a tope el momento, tanto en el plano intelectual como en el artístico, pero finalmente, el compromiso con lo que ocurría a su alrrededor, era en lo que se volcaba", explica a RTVE.es María Millán, comisaria de de la exposición Tina Modotti. Entre los días 28 de mayo y 30 de agosto, la muestra podrá visitarse en la sede madrileña de la Fundación Loewe en el marco de PHotoEspaña 2015.
Modotti "es una activista con talento artístico", afirma Millán, una aptitud atestiguada por la calidad de sus imágenes, pero el propósito documental se impone en la voluntad de la fotógrafa. Que lo expresa sin ambajes en el manifiesto personal que presiden las 50 fotografías que componen la exposición: “Trato no de producir arte, sino fotografías honestas, sin distorsión ni manipulación”.
Tinísima, para los mexicanos
“Esta idea vertebra el conjunto”, nos explica la comisaria. "Es una persona con un recorrido político, social y vital novelesco, pero nos centramos en su trabajo". Hablar de Tina Modotti es hablar de mujeres heroínas en un mundo de hombres, es hablar del nacimiento de una conciencia en un universo ideológico en ciernes como eran Europa y América en esos años, y trasladar la complejidad del personaje pasa por tocar ámbitos más allá del disparador de la cámara.
Modotti emigró a California cuando tenía 17 años. Allí trabajó como operaria en fábricas y consiguió cierta notoriedad como actriz de cine mudo. Se trasladó a México en 1923 junto a su mentor, el fotógrafo Edward Weston. El país vivía un renacimiento cultural que atrajo a artistas e intelectuales expatriados. Desde el gobierno "le propusieron documentar el trabajo de Diego Rivera, Orozco y Siqueiros".
Elena Poniatowska, escritora mexicana comprometida con los desfavorecidos y Premio Cervantes de Literatura, escribió sobre Modotti Tinísima (UNM Press, 2006), el apelativo con el que era conocida en el país centroamericano. Según la literata: "México enseñó a Tina a ver", y explicaba conjugando sus afanes que, también "México le enseñó la compasión". Sin renunciar a la estética formalista aprendida de Weston, las fotografías de Modotti pasaron a mostrar un estilo personal con el que retrató la arquitectura y la sociedad de las zonas indígenas. Sus imágenes plasman el activismo social del que también tomó parte como destacada figura de la revolución cultural mexicana.
Complejidad personal y talento
Una sensibilidad que la lanzó al agitado escenario que fue el mundo de esos años. Acusada de participar en la muerte de su pareja, Julio Antonio Mella, Modotti abandonó México y antes de partir regaló su cámara a Manuel Álvarez Bravo. Su distanciamiento de la fotografía marcó otra etapa en su vida política, que desarrollaría entre Berlín, Moscú y España, donde trabajó como enfermera para el bando republicano durante la guerra civil.
Desde el punto de vista formal, la fotógrafa cultiva "una línea modernista, acorde con su época, bodegones, texturas, flores, etc. Bebe del entorno en el que vive con sus amigos intelectuales. Era una persona muy en contacto con su realidad", describe Millán.
"Sus fotos fueron utilizadas por publicaciones de temática variada, antropológica, de arte y de política", nos dice la responsable para explicar la diversidad de sus intereses y el apetito de su curiosidad. Pero la comisaria conjuga en una línea el talento artístico y el compromiso activista innegociable: "Modotti con suu fotografía quiere dar dignidad y belleza a lo que es humano".