Los más eminentes artistas rusos, como Vassily Kandinsky, Kazimir Malevitch o Marc Chagall, se han acomodado ya en su nueva casa en Málaga, la antigua Real Fábrica de Tabacos, donde este miércoles ha abierto sus puertas el Museo Ruso, la primera sede que el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo abre fuera de sus fronteras en sus 120 años de historia.
Dentro de tres días será el Centre Pompidou Málaga el que abra sus puertas en el Cubo del Muelle Uno del puerto malagueño, sumando un nuevo espacio museístico a la capital de la Costa del Sol, convertida en una nueva milla del arte que ha crecido imparable desde que hace once años abrirá al fin el Museo Picasso Málaga y se cumpliera el deseo expreso de Pablo Picasso de tener un museo en su ciudad natal.
Sin acto de inauguración oficial por el luto del accidente aéreo de los Alpes franceses, el Museo Ruso de Málaga muestra ya las 169 obras que integran sus dos primeras exposiciones: la primera, una exposición anual titulada Arte ruso de los siglos XV al XX, y la segunda, la temporal Arte ruso de la época de Diaghilev.
La evolución del arte y la sociedad rusa
La exposición anual, que no permanente -la legislación rusa no permite que los fondos patrimonio del Estado permanezcan fuera de Rusia por más de un año, por lo que cada año se podrán ver fondos nuevos en Málaga-, la integran un centenar de obras, desde los iconos de los siglos XVy XVI hasta el realismo soviético y la época del deshielo.
"Se trata de una completa panorámica de la cultura rusa a través de su pintura que permite comprobar la evolución del arte y, a través de él, de la sociedad rusa", explica a RTVE.es el coordinador del Museo Ruso y el Centre Pompidou de Málaga y también director de la Fundación Picasso-Museo Casa Natal, José María Luna.
Obras de los neoclásicos Karl Brulov, como Betsabé (h. 1830), o Alexander Ivanov, Anciano apoyado en un cayado y niño saliendo del agua (1833-1857), comparten protagonismo con los protagonistas de las vanguardias, Kazimir Malevitch (Muchacho, 1928-1929), Olga Rozanova (Paisaje urbano, 1910; Composición cubista con fruta, 1914-1915), Alexander Rodchenko (Construcción (Composición nº 47), Tatlin (Modelo, 1910) o el padre de la abstracción, Vassily Kandinsky (Composición con filos blancos, 1913; Cabeza, 1928-1932).
Marc Chagall (Espejo, 1915) abre paso en la exposición al realismo soviético, con las curiosas bandejas propagandísticas de manifestaciones, factorías rusas y llamamientos a la unión del proletariado de Lyubov Mileyeva, Jospeh Schkolnik o Sergey Shulman y los lienzos obreros de Alexander Deineka (Tractorista, 1956) o Alexander Bubnov (Pan, 1948).
Espejo (1915). Marc Chagall
Diaghilev, el "guiño ruso-malagueño"
La primera exposición temporal de 2015 -habrá dos anuales- es un "guiño ruso-malagueño", ya que su protagonista será Serguéi Diághilev, empresario e intelectual que revolucionó las producciones musicales del primer cuarto del siglo XX -entre ellas ballets concebidos como piezas de cubismo teatral-, y que estableció "una relación, no solo empresarial y artística, sino también de amistad" con Pablo Picasso, destaca Luna.
La exposición, que estará abierta hasta julio, constará de 69 obras entre pinturas, esculturas, figurines y diseños de escenarios de artistas como Bakst L.S., Vrubel, Golovin, Goncharova, Levitan y Larionov, que sirven para "contextualizar la infuencia de un personaje tan peculiar, curioso e importante para la cultura rusa y europea", dice el coordinador.
La siguiente exposición temporal del Museo Ruso de Málaga, desde julio a final de año, será la primera en España dedicada a Pável Filonov, "uno de los grandes vanguardistas rusos, pero poco conocido por el público en general", indica Luna, que añade que incluirá alrededor de 70 obras.
El Ayuntamiento de Málaga, del que dependen los nuevos museos, estima una cifra de 150.000 visitantes anuales para este museo, que permanecerá en la capital malagueña al menos diez años. Además, "la riqueza, amplitud y potencia" de las colecciones del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo -medio millón de piezas distribuidas en varios palacios y que fue creado en 1895 por el zar Nicolás II- y esa cláusula de renovación de fondos anual, "permitirán que cada visita al Museo Ruso de Málaga sea distinta", destaca Luna.