Los rebeldes prorrusos del este de Ucrania han anunciado que este sábado se llevará a cambio un intercambio con prisioneros de guerra de los últimos combates, pero no con todos.
"Mañana [por el sábado] está previsto un canje de prisioneros, pero por ahora no será según la fórmula 'todos por todos', sino por listas", ha declarado a la prensa la responsable de la autoproclamada República Autónoma de Donetsk, Daria Morózova, según informa Efe.
Según el mando militar de los prorrusos, cerca de 3.000 militares ucranianos murieron y otros 300 se entregaron prisioneros en la batalla por la ciudad de Debáltsevo, rendida a los rebeldes por las tropas ucranianas. Las autoridades de Kiev, sin embargo, reconocen tan solo seis muertos, 100 heridos y 90 prisioneros.
Violaciones del alto el fuego
Mientras tanto, el Ejército ucraniano y los prorrusos han vuelto a cruzar acusaciones de violar el alto el fuego que debía haber entrado en vigor el pasado domingo.
Kiev ha denunciado 49 violaciones del alto el fuego por parte de los separatistas entre las 06.00 hora local del jueves y las 06.00 del viernes, la mayoría de ellas en las afueras de ciudad de Donetsk.
A su vez, los rebeldes han acusado a las fuerzas ucranianas de 51 disparos con artillería y lanzaderas de misiles, y han asegurado que los ataques se han intensificado.
Ninguna fuente independiente ha podido contrastar estas afirmaciones.
Merkel y Hollande esperan que se cumpla el acuerdo de Minsk
El pasado 12 de febrero, los separatistas y las autoridades de Kiev firmaron un acuerdo de alto el fuego en Minsk, que hasta el momento no se ha hecho efectivo. Dicho acuerdo fue obtenido en conversaciones entre el presidente Ucraniano, Petró Poroshenko, y sus homólogos de Rusia, Vladímir Putin; Alemania, Angela Merkel; y Francia, François Hollande.
Este mismo viernes, Merkel y Hollande han insistido en que los acuerdos deben cumplirse. "Toda nuestra atención y acción se centra en que se respete de forma integral el alto el fuego y se retire el armamento pesado - ha dicho Hollande - A partir de ahí las partes firmantes del protocolo se han comprometido (...) Cualquier país que incumpliese esa palabra podría sufrir sanciones".
según la ONU, ha causado ya casi 6.000 muertos.