Las autoridades de Ucrania y los representantes de los separatistas del este del país han procedido este viernes a un intercambio de prisioneros, según ha informado la agencia rusa Interfax.
Ucrania ha conseguido la liberación 150 soldados gubernamentales a cambio de 222 milicianos separatistas pese a que horas antes ambas partes habían cancelado la tercera ronda de negociaciones de paz en Minsk.
El canje comenzó en grupos de diez, cerca de la ciudad de Kostiantynivka (45 km al norte del bastión rebelde de Donetsk) y ha sido presidido por el emisario de Kiev, Víctor Medvedchuk, y el ministro de Defensa de la autoproclamada república popular de Donetsk, Vladímir Kononov, según la agencia rusa de noticias.
El intercambio de prisioneros -bajo la fórmula 225x150- fue el único acuerdo alcanzado en la reunión celebrada por Kiev y los separatistas el miércoles en Minsk, escenario de la firma de los acuerdos de paz en septiembre pasado.
La OSCE, testigo del intercambio
Varios representantes de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) también han sido testigos de la escena, que ha tenido lugar en una carretera iluminada sólo por unos faros de los coches. Según ha informado la representante separatista, Daria Morozova, otro intercambio de prisioneros similar se producirá en la vecina república separatista Lugansk el sábado.
El intercambio ha comenzado pese a que el este de Ucrania entrará en el nuevo año sin dar pasos en favor de la paz después de que la tercera ronda de negociaciones entre Kiev y los separatistas prorrusos haya sido cancelada este viernes incluso antes de celebrar su segunda reunión programada para este viernes en Minsk.
La reunión convocada para este viernes en el formato del Grupo de Contacto de Minsk, en el que Kiev y separatistas dialogan con mediación de Rusia y la OSCE, ha sido cancelada después de que las partes se hayan acusado de incumplir lo acordado anteriormente y también de violar la enésima tregua, en vigor desde el pasado día 9.
Una tregua que no se cumple
Actualmente, en la zona del conflicto, que desde abril de este año se ha cobrado cerca de 5.000 muertos, entre combatientes y civiles, rige una nueva tregua, que entró en vigor el pasado día 9 y fue acordada después de no se cumpliera el alto fuego declarado el 5 de septiembre.
Los insurgentes exigen a las autoridades ucranianas el fin del bloqueo económico de las zonas rebeldes y la entrada en vigor de un estatus especial para esos territorios acordado en anteriores rondas negociadoras. A su vez, para Kiev la principal cuestión es el cumplimiento de los acuerdos de paz firmados en septiembre, incluidos la supervisión internacional del alto el fuego y el control de los tramos de la frontera ruso-ucraniana en manos de los prorrusos.
Aunque las hostilidades han tenido una baja intensidad durante las últimas dos semanas, ni las fuerzas gubernamentales ni las fuerzas separatistas han retirado su armamento pesado de la zona de seguridad de 30 kilómetros.