"Nada en mi vida ha sido un camino de rosas, la verdad". Así de sincero se mostraba este viernes el Goya de Honor 2015, el actor, director y productor Antonio Banderas, en una multitudinaria rueda de prensa, digna de su estatus de estrella de Hollywood, en la que ha asegurado también que recibía este reconocimiento como "una recompensa y un estímulo".
El actor malagueño ha hecho balance de su dilatada carrera -35 años y 93 películas, a punto de "rozar el techo de las 100"-, en la que ha reconocido que ha "asumido riesgos", como el salto que dio desde su Málaga natal a Madrid con 19 años para buscarse la vida como actor y el que, años después dio a Hollywood, "cuando no había ningún español instalado".
"Quizás esa marcha Hollywood abre la puerta a pensar que podemos estar ahí y competir con los más grandes, como se ha hecho también en los deportes o los negocios, el ir conquistando terrenos. Y probablemente ahí yo haya puesto mi granito de arena y es mi aportación a la cinematografía española", afirma el actor, quien recuerda que en la España de los 70 y posterior a la dictadura reinaba un "cierto complejo de inferioridad" sobre que todo lo que venía de fuera era mejor.
Este Goya de Honor que ahora recibe le vale para "echar la vista atrás y hacer recuento", dice el artista, que confiesa que todo lo que le ha pasado hasta ahora en la vida "es un sueño del que a veces creo que me voy a despertar", con sus "cosas buenas y malas".
Mayor implicación en el cine español
A las dos etapas en que ha dividido su carrera, la primera en España y después en Hollywood, Banderas ha sumado la tercera en la que ahora está inmerso con un "retorno" a la patria en labores de actuación dirección y producción. En este sentido, ha explicado que lo que le apetece hacer en el futuro es no abandonar el cine norteamericano, "porque sería estúpido cortar esa vía de trabajo", y, a la vez, implicarse "muchísimo más" en el cine español, especialmente en la producción y la dirección.
En su faceta como productor, con títulos de animación como El lince perdido y Justin y la espada del valor o largos de ficción como Autómata, el malagueño reconoce que los resultados son "desiguales", pero deja claro que nunca pensó que sería "un camino de rosas".
"Nada en mi vida ha sido un camino de rosas, la verdad. Ha sido un trabajo de hormiguita, muy duro a veces, y otras me he sentido muy, muy, muy solo, pero sigo apostando", afirma Banderas, que recuerda que se ha "rascado directamente el bolsillo" para apoyar proyectos de jóvenes en medio de la crisis y que el hecho de no haber tenido éxito comercial "no me quita el orgullo de haberlo intentado", es más, no le ha "echado atrás" y ha seguido adelante con más proyectos.
"La idea es seguir hacia adelante porque no me parecen suficientemente fuertes los obstáculos con los que me voy encontrando. Voy a seguir trabajando hasta que eso se solidifique. No me voy a rendir. Al final las cosas como valen son en su conjunto, y nunca mejor un día como hoy para saber de eso", ha afirmado el actor en alusión al Goya de Honor que ahora recibe y que le vale para "echar la vista atrás y hacer recuento".
"Nunca he desconectado de España"
Preguntado por si tiene previsto establecerse en España, Banderas ha apuntado que "realmente nunca la he abandonado" y, ni siquiera durante los "años más locos" de trabajo hubo una "desconexión personal", aunque la hubiera físicamente.
"Málaga-Madrid-Nueva York va a ser el triángulo por el que me voy a mover", ha anunciado el actor, que considera Nueva York como "la ciudad más europea" de los EE.UU. y la que le puede servir de "puente" entre España y Los Ángeles y en la que le encantaría volver a los escenarios tras las alegrías que le dio Nine cuando la representó en Broadway. Sobre las tablas también es "posible y probable" que lo veamos en España.
Antonio Banderas recogerá el galardón en la gala de la XXIX edición de los Premios Goya, que se celebrará el 8 de febrero y retransmitirán TVE y RTVE.es. En ese marco, ha prometido, intentará contar lo que ahora no tiene "palabras para expresar", tanto a compañeros como telespectadores, sus sentimientos desde que se anunció su Goya de Honor, a la vez que tratará de lanzar "un mensaje de optimismo" sobre la situación del cine español gracias al "capital humano y el talento" que existe.
Sobre dar consejos a los jóvenes, el malagueño dice que es algo de sabios y él no lo es, aunque señala que lo que la experiencia le ha demostrado es que "lo que funcionar es tener amor por aquello que haces". "Lo mejor de esta profesión está entre el '¡acción!' y el '¡corten!'", afirma Banderas, quien advierte a aquellos que entren a este mundo buscando la fama o el dinero que "estarán cometiendo un error y serán infelices".
"La envida es muy ruin"
En una entrevista posterior con RTVE, Antonio Banderas de cómo cambiaba este premio su situación de "eterno nominado" en los Goya -cuatro veces en la categoría de actor y una como productor-, algo por lo que hace dos años -cuando recibió su cuarta nominación por La piel que habito-, decía que no tenía "ninguna espina clavada": "Al no haber tenido ninguna espina clavada, sigo sin tenerla, al contrario", dice el actor, que añade, sin que sirva de "excusa", que "durante muchísimos años no he trabajado en el cine español y así es muy difícil estar en las ternas". "Gracias a dios yo no he sido una persona envidosa y me alegro mucho de las cosas buenas que les pasan a los demás, aunque vayan contra mí", dice el malagueño, que cree que la envida es "un sentimiento muy ruin que hace mucho daño al envidioso más que al envidiado".