El oligarca más rico de Ucrania, Rinat Ajmétov, propietario del mayor conglomerado industrial de la rebelde Donetsk (Metinvest), se ha puesto al frente de un movimiento de protesta contra los líderes insurgentes de la república popular independiente autoproclamada en la región. Ajmétov quiere movilizar a sus decenas de miles de trabajadores en Donbas para pedir la paz contra rebeldes.
Una "sirena de la paz" ha sonado a mediodía en todas las fábricas de Metinvest emplazadas en la región en una iniciativa llamada "Donbass (zona hullera) sin armas", convocada la víspera por el multimillonario, natural de la región rebelde.
Al mismo tiempo, varios centenares de seguidores del club de fútbol Shakhtar Donetsk, también propiedad de Ajmétov, han acudido al estadio Donbass Arena para tomar parte en otra acción denominada "la Marcha de la Paz", cuya celebración se ha limitado al campo y ha durado poco más de veinte minutos.
"La revuelta pone en peligro la economía"
Una columna de coches, muchos adornados con símbolos estatales de Ucrania, ha recorrido varias veces la calle principal de la ciudad a toque de claxon para solidarizarse con la iniciativa del empresario.
La sirena sonará todos los días a mediodía en todo el Donbass, ha dicho Ajmétov, que ha acusado a las milicias populares de poner en peligro con sus acciones la economía y los puestos de trabajo en la región.
"Nadie puede atemorizarnos, incluidos los que se llaman república popular de Donetsk. ¿Qué han hecho para nuestra tierra, qué puestos de trabajo han creado? ¿Andar con fusiles por las ciudades del Donbass es acaso defender los derechos de la gente frente al poder central?", ha manifestado el oligarca.
El ministro de Interior ucraniano, Arsén Avákov, ha felicitado a Ajmétov por mostrar, "por fin, energía" para poner punto y final a la rebelión prorrusa que vive desde hace más de un mes esa región y también la vecina Lugansk, proclamadas independientes de Ucrania por sus líderes insurgentes.
Por su parte, el líder del autoproclamado Parlamento de la república popular de Donetsk, Dennís Pushilin, ha respondido al empresario con la amenaza de "nacionalizar" sus empresas. "Se ha tomado la decisión de nacionalizar" las empresas de los "oligarcas regionales que no quieren pagar impuestos a la república popular de Donetsk", escribió Pushilin en su Twitter en alusión a Ajmétov, al que acusó de "financiar el terror en el Donbass al pagar impuestos a Kiev".
Rusia comienza a retirar sus tropas
Coinciendo con el inicio de estas protestas contra los insurgentes se podría haber producido el primer gesto de distensión por parte de Rusia. Los guardias de frontera ucranianos han afirmado que los blindados rusos han reculado al menos 10 kilómetros en la frontera, un movimiento que se produce después de que el presidente Vladímir Putin ordenara este lunes la retirada de sus tropas. Sin embargo, el Gobierno de Kiev ha dicho que no puede confirmar la noticia aún.
La situación sobre el terreno sigue siendo difícil. Un grupo de hombres armados ha tomado esta mañana un colegio electoral en la ciudad ucraniana de Mariupol, en la región insurgente oriental de Donetsk, según ha informado la Comisión Electoral Central (CEC) de Ucrania, país donde se celebrarán elecciones presidenciales el próximo domingo.
Según el CEC, a falta de cinco días para los comicios los insurgentes tienen bloqueadas las comisiones de 11 de las 34 circunscripciones electorales en las regiones rebeldes prorrusas de Donetsk y Lugansk.
La Unión Europea y Estados Unidos consideran cruciales las elecciones, con el fin de legitimar a las autoridades que derrocaron en febrero pasado al presidente Víktor Yanukóvich. Rusia, que acusa a las actuales autoridades ucranianas de dar un golpe de Estado, ha calificado las elecciones como "un paso en la buena dirección", pero se ha abstenido de confirmar si reconocerá sus resultados.