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El papa Francisco dice que debe "pensar en una conversión del papado"

  • No cambia su postura sobre el aborto y aboga por "descentralizar" la Iglesia

  • Dice que el actual sistema económico "mata" porque se olvida de los pobres

  • Así se pronuncia en su primera exhortación apostólica

RTVE.es / AGENCIAS
4 min.

El papa Francisco asevera que debe "pensar en una conversión del papado" para que el ejercicio de su ministerio sea "más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y, concretamente, ha abogado por "una saludable descentralización" de la Iglesia,  así como por aumentar la responsabilidad de los laicos.

La afirmación se incluye en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La Alegría del Evangelio), la primera del papa Francisco tras los trabajos del Sínodo de Obispos, celebrado del 7 al 28 de octubre de 2012, dedicado a "la nueva Evangelización para la transmisión de la fe".

Con este cambio pretende que el papado sea "más fiel al sentido que  Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la  evangelización" por lo que destaca que las conferencias episcopales podrían hacer una contribución a fin de que "el afecto colegial"  tuviera una aplicación "concreta" que aún no se ha realizado.

Además, reitera la importancia de aumentar la responsabilidad de los  laicos, mantenidos "al margen de las decisiones" y señala que "todavía  es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más  incisiva en la Iglesia",  en particular "en los diversos lugares donde  se toman las decisiones importantes" así como también destaca que se  requiere un mayor protagonismo por parte de los jóvenes.

El papa no cambia su postura sobre el aborto

Por otro lado, indica que "no debe esperarse que la Iglesia cambie su postura" sobre el aborto pues "no es progresista" resolver los problemas "eliminando una vida humana", aunque reconoce que la Iglesia ha hecho "poco" por acompañar a las mujeres que se encuentran en esta situación, sobre todo, en un contexto de violación o extrema pobreza. 

"Este no es un asunto sujeto a supuestas reformas o modernizaciones. No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana. Pero también es verdad que hemos hecho poco para acompañar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas angustias, particularmente cuando la vida que crece en ellas ha surgido como producto de una violación o en un contexto de extrema pobreza. ¿Quién puede dejar de comprender esas situaciones de tanto dolor?", se pregunta. 

Por ello, puntualiza que la Iglesia quiere cuidar con predilección a "los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana".

El actual sistema económico "mata"

El papa denuncia duramente el actual sistema económico, que considera no  sólo "injusto a su raíz" sino que "mata" porque predomina la ley del  más fuerte.

"Cómo el mandamiento de 'no matar' pone un límite claro para  asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir no a una  economía de la exclusión y la desigualdad. Esa economía mata", resalta  el papa. Y se rebela a que "no sea noticia que muera de frío  un anciano en la calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la  bolsa".

"Eso es exclusión", exclama el papa, que denuncia con fuerza en el texto la "cultura actual del descarte". Una cultura en la que no sólo "se tira la comida cuando hay gente que  pasa hambre" sino que "considera al ser humano en sí mismo como un bien  de consumo, que se puede usar y luego tirar".

La Iglesia "no es una aduana"

Asimismo, el papa Francisco invita a "no cerrar" las puertas de los sacramentos, sobre todo las del Bautismo, "por una razón cualquiera" pues "todos pueden participar de alguna manera en la vida eclesial" y porque la Iglesia "no es una aduana" sino que hay lugar para todos. También ha instado a abrir las puertas de la Eucaristía que "no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles". Estas convicciones, según concreta, tienen "consecuencias pastorales que están llamados a considerar con prudencia y audacia".

"A menudo nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas", señala en esta exhortación que recoge los trabajos de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos dedicada a 'La nueva evangelización para la transmisión de la fe' celebrada del 7 al 28 de octubre de 2012. 

En este documento el Papa invita a cuidar a los más débiles como las personas sin casa, los drogodependientes, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos "cada vez más solos y abandonados", los migrantes por los que exhorta a los países "a una generosa apertura" y las mujeres que sufren "situaciones de exclusión, maltrato y violencia".  

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