Se revisa "línea por línea", han comentado fuentes diplomáticas. La negociación sobre el programa nuclear de Irán podría estar llegando a una solución con la negociación de un acuerdo que los ministros de Exteriores de las principales potencias esperan impulsar de forma definitiva en las próximas horas. No obstante, durante la tarde, los representantes de las principales potencias occidentales han enfriado el inicial optimismo por la nueva ronda de negociaciones iniciada este viernes. El ministro de exteriores francés, Laurent Fabius, ha manifestado que las mayores cuestiones no están resueltas, unas palabras que coinciden con las declaraciones del secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, que ha manifestado que quedan “importante flecos” por resolver.
La llegada a lo largo de la tarde del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y sus colegas de Francia, Laurent Fabius; Reino Unido, William Hague, y Alemania, Guido Westerwelle, han dado un claro indicio sobre la oportunidad real que se había abierto para alcanzar un acuerdo. No obstante, todos se han mostrado cautos ante el inicial optimismo
"Quiero hacer hincapié en que todavía hay algunas cuestiones muy importantes sobre la mesa que no se han resuelto", ha advertido Kerry durante la tarde. "Y deben ser tratados adecuadamente y en detalle. Tratamos de reducir estas diferencias, pero nadie debe ignorar que existen importantes para salvar las diferencias ", ha añadido.
El ministro de Exteriores francés, Laurente Fabius, también ha indicado que las negociaciones aún tienen que salvar importantes escollos. "Por el momento, las principales cuestiones aún no están resueltos pero trabajamos en Ginebra para hacerlo posible", ha dicho el ministro francés, quien se ha unido este viernes por sorpresa, junto a sus homólogos británicos, alemanes y americanos a los debates sobre la cuestión nuclear iraní.
"Queremos un acuerdo creíble que sea una sólida primera respuesta a las preocupaciones sobre el nuclear iraní", ha añadido, según AFP. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, que no se había incorporado a este ronda hasta ahora, viajará este sábado a Ginebra para participar en la fase final de la negociación, según han asegurado fuentes diplomáticas rusas.
Negociaciones "línea por línea"
La parte iraní tuvo desde el principio el deseo de que Zarif tratara con sus homólogos, lo que los países del 5+1 solo concebían en caso de avances tangibles y de que se percibiera claramente la oportunidad de un entendimiento.
Durante la noche de este viernes, la alta representante de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, quien hasta ahora había dirigido las negociaciones por el lado occidental, continuaba reunida con Kerry y Zarif. Según fuentes europeas, en esa reunión se está revisando, "línea por línea", el borrador del acuerdo.
El texto incorporaría medidas concretas que Irán debería cumplir de forma inmediata, como detener el proceso de enriquecimiento de uranio al 20 por ciento y hacer que las reservas existentes dejen de ser utilizables.
No obstante, según el ministro Zarif, para su equipo negociador es muy importante volver a Teherán con un acuerdo que pueda ser refrendado por el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí. "No podría acordar algo si no creo que se pueda mantener cuando vuelva (a Irán)", ha dicho hoy Zarif al Breaking Defense, un medio estadounidense especializado en cuestiones de defensa.
Las propuestas sobre la mesa
Actualmente, Irán cuenta con 18.000 centrifugadoras instaladas y 10.000 que enriquecen uranio a pleno rendimiento. Esta tecnología puede ser usada para fines civiles -energéticos o médicos-, pero cuando el enriquecimiento del uranio alcanza niveles más elevados puede ser utilizado como el núcleo de una bomba atómica.
Las propuestas que han estado sobre la mesa aún no se conocen, pero de lo que han ido diciendo fuentes diplomáticas se desprenden varios datos sobre los que puede pivotar el acuerdo. Irán podría mantener el derecho a enriquecer uranio dentro de unos determinados límites compatibles con usos pacíficos y se sometería a la fiscalización de la agencia internacional de la energía atómica.
Pero se comprometería, además, a detener su programa nuclear durante un plazo determinado, posiblemente seis meses. En ese periodo se seguiría negociando para intentar conseguir un acuerdo definitivo.
A cambio Estados Unidos y las potencias occidentales levantarían o suavizarían algunas de las sanciones que lastran la economía iraní. Pero siempre se haría de forma limitada y selectiva y reversible.