El Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Desastres de Filipinas (NDRRMC, en sus siglas en inglés) ha elevado a 144 el número de muertos en el terremoto de magnitud superior a 7 que sacudió el martes el centro del país.
"El número de fallecidos por el terremoto asciende ya a 144, y otras 291 personas han resultado heridas", anunció en una rueda de prensa el director ejecutivo del Consejo, Eduardo del Rosario. 23 personas permanecen además desaparecidas en Bohol.
Por zonas, en la isla de Bohol han muerto 181 personas; 106 en Cebú; 3 en Siquijor y una en Negros Oriental.
Precisamente en la isla de Bohol, en la ciudad de Loon, los equipos de rescate trabajan entre los escombros de un hospital que se derrumbó por el temblor para intentar encontrar a 23 desaparecidos.
"Creo que el número de muertos va a aumentar", ha declarado a Reuters el alcalde de Loon, Lloyd Lopez. "Hay aldeas a las que aún no hemos podido llegar, muchas están aisladas, las carreteras están cortadas por grandes rocas".
En su último informe, el Consejo también indica que después del seísmo, que tuvo lugar a las 08.12 hora local del martes (00.12 GMT), se han producido 725 réplicas.
El presidente visitará la zona
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, visitará este miércoles tanto la isla de Bohol como la ciudad de Cebú, donde se ha declarado el estado de emergencia.
A pesar de los millones de afectados, en Bohol, la zona con más víctimas y la que más daños ha sufrido, tan sólo 12.500 personas han podido ser atendidas en los 13 centros de acogida que se han instalado en la isla. Un portavoz militar ha asegurado que el Ejército enviará 11 toneladas de víveres.
Varias áreas permanecen sin corriente eléctrica, entre ellas Bohol y la ciudad de Iloilo, unos 150 kilómetros al noroeste del epicentro. Los aeropuertos de la zona, en cambio, han reanudado la actividad.
El terremoto ha dejado importantes daños en las infraestructuras, tanto en hospitales, como en carreteras, puentes y edificios oficiales, y en varios monumentos.
"Hay tantas réplicas, estamos asustados", ha declarado a Reuters Elena Manuel, de 64 años, cuya familia ha pasado la noche en el descampado de una iglesia derruida en Loon. "No tenemos más comida ni agua porque las tiendas están cerradas y el puente dañado".
Filipinas se asienta sobre el llamado "Anillo de Fuego del Pacífico", una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida por unos 7.000 temblores al año, la mayoría moderados.