El Gobierno de Estados Unidos se ha visto obligado desde la pasada medianoche a suspender parte de sus operaciones por primera vez en 17 años, después de que venciera el plazo para aprobar un nuevo presupuesto y ante la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos, que llevan 33 meses manteniendo un pulso sobre las cuentas públicas de la primera potencia mundial.
Eso impedirá pagar a unos 800.000 funcionarios, lo que impone el cierre de servicios federales no esenciales, pero sí muy visibles, como los parques nacionales, los museos y monumentos estatales o las agencias federales. Otros, como carteros, controladores aéreos o guardias fronterizos, seguirán en sus puestos, aunque ninguno de ellos cobrará su salario hasta que el conflicto se resuelva.
Ambas Cámaras del Congreso estadounidense -Cámara de Representantes y Senado- están convocadas a debatir de nuevo este martes, a las 15,30 horas (horario español) y, en palabras del portavoz del líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, "se vuelve a la casilla de salida".
El bloqueo legislativo en Washington es total y lo ocurrido con el presupuesto hace temer una crisis aún mayor, dentro de quince días, cuando el Tesoro alcance su techo de endeudamiento y el Gobierno tenga que volver al Congreso a pedir permiso para aumentarlo.
Primer cierre de Gobierno desde 1996
Las agencias federales del país han recibido orden este martes de suspender sus actividades "no esenciales" por primera desde 1996. Justo antes de la medianoche del lunes, la Oficina de Presupuesto y Gestión de la Casa Blanca ha dado instrucciones a esos organismos públicos para que ejecuten "los planes para un cierre ordenado debido a la falta de fondos".
Así, los empleados públicos considerados no esenciales dispondrán de cuatro horas este martes para ir a sus puestos de trabajo, arreglar las tareas pendientes, anular sus reuniones y volver a casa a esperar que se solucionen las negociaciones políticas y se apruebe un presupuesto. Además, no tendrán la garantía de recibir el salario correspondiente al tiempo que estén sin trabajar.
Los congresistas son considerados esenciales y, por tanto, seguirán cobrando sus sueldos mientras la administración federal permanezca en esta situación.
"Por desgracia, el Congreso no ha cumplido con su responsabilidad. No ha sido capaz de aprobar un presupuesto y, como resultado, gran parte de nuestro Gobierno debe cerrar ahora hasta que el Congreso vuelva a financiarlo", ha dicho el presidente de EE.UU., Barack Obama, en un vídeo difundido por la Casa Blanca.
La reforma sanitaria, el origen del bloqueo
El Gobierno federal es el principal empleador de EE.UU. , con más de dos millones de civiles asalariados y 1,4 millones de militares en activo.
Los militares estadounidenses sí cobrarán sus salarios pese al cierre del Gobierno, gracias a una ley de emergencia firmada por el presidente la noche del lunes.
El cierre se produce después de más de una semana de debates y propuestas de ley cruzadas por los partidos en ambas Cámaras del Congreso, divididas ante la estrategia republicana de utilizar el debate sobre el presupuesto como pretexto para modificar la reforma sanitaria promulgada en 2010.
Esta reforma -emblema de la primera legislatura de Obama- entra en vigor este mismo martes y obliga a todos los estadounidenses a contar con un seguro de salud, el único medio de ser atendidos en la Sanidad del país. Desde ahora, todos los que no tengan ese seguro podrán inscribirse en internet para beneficiarse de una póliza subvencionada a partir del próximo 1 de enero.
Obama ha denunciado que "una facción de un partido [el Tea Party], en una Cámara del Congreso, en una rama del poder, no puede cerrar el Gobierno entero solo para reabrir el resultado de una elección".
El presidente ya había advertido que no negociaría bajo el chantaje de esa minoría, porque "uno no obtiene un rescate por hacer lo que es su obligación", esto es, en el caso del Congreso, aprobar un presupuesto.
Si los republicanos quieren reformar la ley sanitaria -una norma que fue aprobada por las dos Cámaras, promulgada por el presidente y validada por el Tribunal Supremo-, que lo hagan siguiendo el procedimiento legislativo normal, ha añadido Obama, o sea, pasando antes por las urnas para reunir los votos suficientes.
Aprobar una resolución de emergencia
"Éste es realmente un día muy triste en la historia del Congreso", ha asegurado la líder demócrata en la Cámara Baja, Nancy Pelosi, a los periodistas poco antes de la medianoche.
La Casa Blanca ha instado, de inmediato, al Congreso a continuar negociando para acabar lo antes posible con la crisis.
"Urgimos al Congreso a actuar rápidamente para aprobar una resolución que proporcione fondos durante el tiempo suficiente para aprobar un presupuesto para el resto del año fiscal, y para restaurar la operación de servicios públicos críticos", ha dicho la directora de Oficina de Presupuesto y Gestión de la Casa Blanca, Sylvia Burwell, en el mensaje a las agencias.