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Juan José Campanella: "El talento no está bien recompensado en el cine"

  • El director presenta Futbolín, su incursión en la animación

  • La película hace el “saque de honor” de la jornada inaugural

ESTEBAN RAMÓN
5 min.

Juan José Campanella, uno de los hispanohablantes más influyente en el mundo de la ficción (al margen de películas y premio Oscar ha dirigido capítulos de Ley y orden, House y el piloto de Halt and Catch Fire, nueva serie de la cadena AMC) es, si no se ha dicho, argentino: es decir, las sesiones de charlas de promoción sin descanso, no le cansan.

En su regreso a Zinemaldia, tiene el privilegio de hacer el saque de honor del festival tras tres años de trabajo minucioso para elaborar Futbolín, una cinta de animación de vocación comercial.

Un camino que aparca de momento -“el tema que trato en la próxima película es sobre la muerte y no les voy a tirar a los niños con eso”- pero no abandona. “Tengo una o dos historias en la cabeza que pueden ir en esa línea”,  dice.

PREGUNTA: El fútbol es el deporte más dado a las injusticias y  a la justicia poética. ¿Es el deporte más parecido a la vida? 

RESPUESTA: Un poco todas los deportes competencia tienen eso. Quizá los deportes olímpicos de tirar el disco o la jabalina es uno y su alma solamente. Pero en los deportes de un equipo contra otro, se da esta cosas de la vida en la que no todo es tan claro y la persona mejor preparada puede perder, en donde la inteligencia emocional a veces entra a tallar, donde las dotes de liderazgo entran a fallar, el mejor equipo con un mal líder puede perder, el peor equipo con un gran líder puede ganar, en donde el que tener un porqué influye. Así que exactamente, esas cosas de los intangibles de la vida se dan en el fútbol, sí.

P.: ¿Es la animación el sueño final de todo director: tener un control absoluto de todos los elementos?

R.: Yo no sabría decirte si es el sueño o la pesadilla. Hay un elemento técnico muy fuerte, tienes el control total, pero hay tantas opciones que a veces no me gusta decidir tantas cosas. Esta bueno que una actor vivo viene con su cara y no tienes que decidir la separación entre los ojos, si la boca es muy grande muy chica. Uno se pasa dos años, antes de filmar la película, decidiendo todas esas cosas y el proceso se hace demasiado largo. El tener el control total es a veces una mochila.

P.: En una línea de diálogo gloriosa de Futbolín se dice “Las estrellas se apagan, los cracks envejecen, los managers (agentes) son eternos”. ¿El talento en el cine está bien recompensado o también hay demasiados alrededores que se aprovechan?

R.: El talento no está bien recompensado en el cine, el éxito comercial está bien recompensado en el cine. Pero eso se apaga y los managers son eternos. La carrera del manager es mucho más larga que la del director obviamente porque llega un momento en que uno se queda sin cosas para contar. Por suerte no creo que haya llegado ese momento para mí, pero sé que va a llegar y los productores van a poder seguir haciendo películas buenas con gente que venga y tenga nuevas cosas para contar.

P.: En el fútbol, la posición en el campo desvela la personalidad. El portero solitario, el extremo iconoclasta, el delantero carismático. ¿Cuál sería tu posición?

R.: Uy, me mataste porque no sé tanto de fútbol. En el fútbol real me mandaron siempre a la defensa lamentablemente. No sé, la verdad, director técnico me parece. (ríe)

P.: En la película hay una crítica en la búsqueda del beneficio a costa de todo. Futbolín tiene una ambición comercial muy grande. ¿Has tenido que hacer concesiones?

R.: No, la película fue siempre diseñada como película que pudieran gozar los chicos y creo que hace pocas concesiones en lo que es una película para chicos. Sé que en el mundo anglosajón nos comentan que hay ciertas cosas que ellos no podrían haber hecho nunca como la Tía Juana, como el manager, la frase que mencionaste vos, o  cierta actitud misógina de los jugadores de fútbol. La verdad que no, es la película que es y la que tiene que ser para que las gocen los chicos.

P.: Siempre dices que Toy story 2 es la mejor película de los años 90 ¿Cuáles son tus referentes de animación?

R. Mis referentes  van más atrás. Son los cortos de la Warner de Bugs Bunny, Chuck Jones y, yendo un poco más atrás, Tex Avery. De Disney no tengo tanto aunque reconozco sus adelantos en el formato de largometraje. Igualmente no fueron referentes que utilicé en esta película, fueron mis referentes usuales de Wilder, Lubitsch,  Capra, la comedia italiana. Más ese tipo de cosas que de animación. No es una película que tenga una animación muy Chuck Jones o  muy Tex Avery.

P.: En la arenga del rodaje decías a la gente que querías ganar otro Oscar con esta película. ¿Te ves ahora más cerca?

R.: En la arenga uno dice de toda (risas) Lo que decíamos era que teníamos que tener una película que tenía que aspirar todo y que teníamos que tener cosas que no se hayan hecho nunca.  La película tiene un exceso de personajes por cuadro, tiene algunas técnicas muy específicas , cosas que reconoce  la gente de animación. La  manera en que manejamos todo el basural (una de las escenas), pensábamos que no lo íbamos a hacer nunca. Con Sergio Pablo , español y uno de los directores de animación, buscamos un estilo mucho más real, mucho más sutil , que se transmite en las escenas íntimas.  Y bueno, yo quería tener una película -y creo que la hemos logrado- que pudiera competir en lides.

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