Hasta ahora era imposible saber qué áreas utilizan en sus migraciones e invernada la mayoría de las especies de aves presentes en España que se desplazan. Muchas especies de aves del país son migratorias, y pasan más tiempo del año fuera del territorio español que dentro. Otras especies son teóricamente sedentarias y se conocen sus nidos, pero se desconoce su actividad cuando están fuera del periodo reproductor y alejadas de sus puntos de cría.
Conocer los movimientos, rutas migratorias, áreas de invernada y movimientos dispersivos de algunas especies de aves presentes en España es ahora posible gracias a los geolocalizadores instalados en las patas de estos animales por la ONG SEO/BirdLife.
"Llegar a cubrir todo este vacío de información es vital para el conocimiento y conservación de las aves, pues ayuda a detectar áreas importantes para ellas y a conocer otros parámetros que pueden permitir tomar medidas adecuadas para la gestión del territorio y las especies", ha afirmado el técnico de SEO/BirdLife vinculado al programa Migra Javier de la Puente.
La organización ecologista, con el apoyo de la Fundación Iberdrola y dentro del programa Migra acumula desde 2011 250.000 localizaciones de 171 ejemplares de 18 especies de aves distintas. Para ello, han incorporado las últimas tecnologías en sistemas de geolocalización y seguimiento remoto para conocer con mayor detalle los movimientos de las aves dentro y fuera del país.
Con esta tecnología puede conocerse la fecha de inicio y fin de sus migraciones, los lugares de parada y puntos de alimentación, el tiempo que tardan en realizar esos viajes, si se repiten en la migración primaveral y otoñal, las principales áreas de invernada y dispersión, o si las rutas son iguales año tras año.
Fenómeno "espectacular" de la naturaleza
En este momento pueden verse sobre los mapas de la aplicación los desplazamientos de todas estas aves. Gracias a la tecnología satélite utilizada por la organización, se pueden apreciar los movimientos de alimentación que están realizando en sus territorios de cría y los primeros desplazamientos previos a la migración hacia áreas con abundante alimento.
Así podemos saber que águilas calzadas (Aquila pennata) que crían en los montes de Castilla recorren miles de kilómetros para invernar en las sabanas del Sahel o que los charranes comunes del Mediterráneo abandonan las zonas donde anidan, como el delta del Ebro, y se marchan al banco del Sahara, a pescar peces en el caladero tan frecuentado por la flota española.
Como explica De la Puente, el programa Migra y su aplicación online son "una herramienta clave para la difusión de los movimientos migratorios de las aves, que es uno de los fenómenos de la naturaleza más espectaculares".
Cambios en el comportamiento
Gracias al seguimiento realizado por el programa Migra, por ejemplo, se han observado comportamientos muy diferentes dentro de una misma especie. Una cigüeña blanca marcada en Madrid en la primavera de 2012 pasó el siguiente invierno alimentándose en un vertedero y durmiendo cada noche en una gravera inundada a sólo 70 kilómetros de su nido. Otra, marcada en La Rioja, voló a 3.400 kilómetros para invernar en Senegal.
Este año 2013, SEO/BirdLife inició el trabajo de marcaje con los amenazados milanos reales (Milvus milvus) en Aragón y Castilla y León. Siguió con cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) en Extremadura y luego por toda España, y los dos últimos meses se ha centrado en la carraca europea, el águila calzada y el aguilucho cenizo (Circus pygargus) por toda la geografía española.
En fechas recientes han equipado con transmisores todo tipo de ejemplares, desde una carraca en el extremo nororiental de España en los Aiguamolls de l'Empordà en Girona, a un águila calzada en Murcia o un aguilucho cenizo en Badajoz. En total se han marcado 49 ejemplares.
Seguimiento más preciso
El marcaje de las aves con anilla se comenzó a utilizar hace casi un siglo para estudiar sus movimientos migratorios, pero este método, a pesar de su validez para el estudio de las poblaciones, tiene una serie de limitaciones, ya que no permite conocer el recorrido completo de las aves.
Ahora, el avance de la ciencia aporta nuevas tecnologías que permiten utilizar sistemas de seguimiento mucho más precisos y con más información que el anillamiento.
Los nuevos sistemas de marcaje establecen la localización del ave varias veces al día durante varios años, por lo que permiten conocer cuánto tiempo permanecen exactamente en sus áreas de cría e invernada, cuándo inician su migración, por dónde la realizan y qué velocidades y altitudes alcanzan. Además en muchos casos los dispositivos envían vía satélite o vía GSM las localizaciones en forma de coordenadas precisas que están disponibles casi en tiempo real para muchas aves.