La subida de impuestos del tabaco aprobada el pasado viernes por el Consejo de Ministros no ha entrado en vigor este lunes, como el resto de las medidas tributarias excepcionales, sino que los compradores empezarán a notarlo el próximo viernes 5 de julio.
Las modificaciones decididas significarán que cada cajetilla de cigarrillos costará 15 céntimos más de media, según explicó el viernes pasado el Ministerio de Hacienda. El tabaco de liar subirá más. Con este alza, el Ejecutivo confía en recaudar 366 millones de euros adicionales este año por la venta de tabaco.
Este es el cuarto cambio fiscal sobre el tabaco que realiza el Gobierno de Mariano Rajoy. El anterior se llevó a cabo a finales de diciembre de 2012, cuando se estableció un sistema de doble impuesto mínimo. El alza derivado de esos cambios entró en vigor el 1 de enero pasado.
La venta de cajetillas de cigarrillos están gravados con una fórmula de doble impuesto, que se iguala mediante ese doble mínimo: primero, se paga una tasa ad valorem (un porcentaje sobre el valor de la mercancía marcado en aduana), luego otra específica y, al final, la suma de ambas se trata de igualar con el doble mínimo.
En el gravámen ad valorem, se baja desde el anterior 53,1% hasta el 51%. En el tipo específico, la tasa sube: se pasa de cobrar 19,1 euros por cada mil cigarrillos a 24,1 euros. La suma de ambos gravámanes "no puede ser inferior al tipo único de 128,65 euros por cada 1.000 cigarrillos, y se incrementará hasta 138 euros cuando a los cigarrillos se les determine un precio de venta al público inferior a 196 euros por cada 1.000 cigarrillos", explica el Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado sábado.
En el caso de la picadura de liar, también se trata de reequilibrar la estructura fiscal. El tipo ad valorem queda igual (41,5%), mientras que el específico se incrementa desde 8 euros por cada kilo a 22 euros. "El importe del impuesto no puede ser inferior al tipo único de 96,5 euros por cada kilogramo, y se incrementará hasta 100,5 euros cuando a la picadura para liar se le determine un precio de venta al público inferior a 165 euros por kilogramo", concreta el BOE.
El Gobierno pretende así reducir las diferencias entre lo que tributan los cigarrillos y lo que paga la picadura de tabaco, más económica y, por ello, más usada por los fumadores con menos ingresos.