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'Bárbara', el fiel retrato de Christian Petzold de la asfixiante Alemania del Este

  • Ganó el Oso de Plata en 2012 al mejor director, Christian Petzold

  • Bárbara es una doctora que planea su fuga a la Alemania Occidental

LAURA G. TORRES
3 min.

FICHA TÉCNICA

Título: Bárbara

Título original: Barbara

Año: 2012

Duración: 105 minutos

País: Alemania

Director: Christian Petzold

Guion: Christian Petzold

Reparto: Nina Hoss, Ronald Zehrfeld, Rainer Bock, Jasna Fritzi Bauer, Christina Hecke, Claudia Geisler, Peter Weiss, Carolin Haupt, Deniz Petzold

Música: Stefan Will

Fotografía: Hans Fromm

Tras ganar el Oso de Plata en 2012 en el Festival de Berlín(Jerichow, 2008; Yella, 2007), este viernes 5 de abril llega al fin a las pantallas españolas Bárbara, una nueva visión de la asfixiante vida en la Alemania del Este.

Después de títulos tan notables como La vida de los otros (2006), de Florian Henckel von Donnersmarck, o, en clave más de comedia dramática, Good bye, Lenin! (2003), de Wolfgang Becker, Bárbara logra hacerse un hueco entre la filmografía imprescindible para que la sociedad occidental conozca y comprenda lo que ocurría tras el telón de acero.

La cinta transcurre en el verano de 1980 en la República Democrática Alemana, donde Bárbara (Nina Hoss), una médica, ha pedido autorización para marcharse definitivamente a Occidente, donde reside su novio; y, como castigo, la trasladan de la capital a un pueblo. Mientras que su novio, Jörg (Mark Waschke) preprara su fuga, Bárbara trabaja en el departamento de pediatría a las órdenes de André (Ronald Zehrfeld). Bárbara, cariñosa con sus pacientes, pero distante con sus compañeros, queda sorprendida por la confianza de su nuevo jefe en su profesionalidad y empieza a perder el control de sí misma, de sus planes y de su corazón.

Una película sin símbolos

El director tenía muy claro que no quería utilizar símbolos "ni filmar una nación oprimida y acabar yuxtaponiendo el amor como fuerza inocente, pura, liberadora". "No queríamos símbolos. Basta con entenderlos, pero nunca aportan más de lo que ya se sabía", afirma Petzold.

Esta misma idea la comparten Nina Hoss (habitual de las películas del cineasta alemán, con el que rodó Jerichow y Yella), que borda su papel de persona fría y a la vez cercana, que recuerda que se trata de un largo de ficción, "no de un documental"; y Zehrfeld (un habitual de las series de televisión alemanas): "Me pareció muy bien no fijarse en los emblemas, el martillo, el compás, la corona. Se trataba de contar la historia de personas que viven en el sistema. Lo difícil era recrear la tristeza que reinaba entonces con todo lo que implicar en la relación entre personas".

Petzold también ha huido de la fotografía "desaturada" y los tonos grises de otras películas sobre la Alemania del Este y ha optado por mostrar los colores de la naturaleza y, sobre todo, el viento.

Inspirado en dos cintas clásicas como Tener y no tener (1944), de Howard Hawks, y El mercader de las cuatro estaciones (1971), de Rainer Werner Fassbinder, el director alemán logra la sutileza necesaria para que sean los gestos de los personajes, sus silencios y el ritmo lento y pausado los que llenen la película de esa atmósfera asfixiante que se vivía en la Alemania del Este, pero en la que también había esperanza para el amor.

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