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De Chávez y Lula a Correa y Morales: el futuro de la integración latinoamericana

  • Chávez y Lula fueron los grandes promotores de los proyectos integradores

  • El Mercosur se encuentra paralizado por una crisis institucional

  • Para los analistas, no hay líder para dirigir el ALBA con la influencia  de Chávez

GONZALO CARETTI
5 min.

“Chávez dejará en el corazón de la historia y en las luchas de América Latina un vacio”, dijo la presidenta de Brasil, Dilma Roussef,  al conocer su muerte. Y es que mucho ha cambiado el escenario en la región diez años después de que Lula da Silva asumiera el poder en Brasil y el presidente de Venezuela encontrara un aliado, más moderado, eso sí, para su sueño integrador. Ahora, la muerte de Hugo Chávez ha abierto una incógnita no solo en Venezuela,  si no en toda la región.¿Qué será del ALBA, de Mercosur, de UNASUR, del sueño integrador?.

“La idea de un vacío es la más adecuada: no hay nadie en Venezuela ni en los demás países, ni de izquierda ni de derecha, con su carisma, su historia, su discurso fuerte, su presencia internacional”, comenta a AFP el experto de la Univerdiad Cándido Mendes de Rio de Janeiro,  Paulo Velasco.

El sueño de la integración fue una constante en el líder venezolano,  y su personalidad y la ‘petrodiplomacia’ fueron los instrumentos que le ayudaron a ponerlo en marcha. Con su fuerte carácter, Hugo Chávez encabezó iniciativas integradoras marcadas por la ideología bolivariana. Cuando Lula da Silva asumió la presidencia, Chávez encontró un aliado en ese sueño, pero también un moderador de sus conflictivas visiones.

Chávez y Lula impulsaron la creación de la Unión de Naciones Suramericanas, y Brasil fue clave para el ingreso de Venezuela en el MERCOSUR (Mercado Común del Sur). Nestor Kirchner respaldaba casi todas las iniciativas, y la poderosa imagen de los tres ofrecía la sensación de que el sueño integrador era imparable.

Pero Lula ha abandonado la política, y Rousseff no tiene su carisma. Aunque Kirchner falleció y su mujer Cristina sigue su estela, afronta también una crisis interna. El mayor impulsor, sobre el que caía la responsabilidad de mantener la iniciativa integradora, era Hugo Chávez (algo que le permitía encauzarla, cada vez más, hacia la visión regional bolivariana).

Mercosur, paralizado con la vista puesta en Venezuela

Uno de los grandes objetivos de Chávez siempre fue entrar en MERCOSUR, la iniciativa para crear una zona libre de aranceles comerciales entre las mayores potencias de América Latina. Y el sueño se cumplió formalmente el año pasado.

Dos décadas después de su formación, el bloque ahora compuesto por Argentina, Brasil, Venezuela, Uruguay y Paraguay vive su mayor crisis de institucionalidad (tras la  suspensión de Paraguay, que permitió el ingreso de Venezuela) y tendrá que responder a las continuas dudas sobre su viabilidad.

La Venezuela dirigida por Chávez luchó durante años por lograr el ingreso, pero se encontró con las trabas del Congreso paraguayo, que se negaba a ratificarla. La solución llegó con la suspensión de Paraguay de su pertenencia al bloque tras la destitución de su expresidente, Fernándo Lugo, (otro de los aliados de Chávez), un movimiento interno que los otros miembros del Mercosur calificaron de “golpe de Estado parlamentario”.

Desde su entrada, las alianzas tejidas con la ‘petrodiplomacia’ del mandatario venezolano marcaban un camino, pero ahora se han abierto aún más incógnitas a la espera de que en Venezuela se confirme o no el proceso bolivariano. Para el vicecanciller uruguayo, Roberto Conde, tras la muerte de Chávez, el futuro de Venezuela dentro de Mercosur va a ser "un dar y barajar de nuevo”.

El ALBA, huérfana de padre

Desde el principio, el sueño integrador de Chávez tenía mucho de ideológico. Y uno a uno fueron cambiando los escenarios en la región, inspirados en el modelo venezolano, que lo alimentaban: Evo Morales llegó a la presidencia en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Fernándo Lugo en Paraguay, Daniel Ortega en Nicaragua y José Mujíca en Uruguay. Durante la década del 2000, la izquierda bolivariana se abrió paso en América Latina.

“Fue con la elección de Chávez en 1998 que empezó una ola de gobiernos de izquierda y progresistas en América Latina. Todos esos gobiernos, partidos y líderes que los encabezan hacen parte de un único proceso”, Valter Pomar, dirigente brasileño del Partido de los Trabajadores.

El peso de la ‘petrodiplomacia’ permitió a Chávez construir la  Alternativa Bolivariana (ALBA), un reacción a la Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), promovida por Estados Unidos. Inspirada en el socialismo, en el ALBA entraron Ecuador, Cuba, Nicaragua, Bolivia y, cómo no, Venezuela. Chávez era su arquitecto y líder.

Pero su muerte les ha dejado huérfanos de padre y ahora,  muchos analistas buscan sucesor.  “Nadie puede ocupar su lugar, nadie tiene los recursos y su ambición, su misión, de ser un Simón Bolívar, aunque esto no significa el fin de la izquierda latinoamericana”, comenta el presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano de Washington, Michael Shifter.

¿Correa sucesor?

La coyuntura interna de Venezuela también ha cambiado: problemas con la inflación, falta de infraestructuras y una deuda pública que supera el 50% del PIB son problemas internos que tendrá que afrontar el próximo gobierno bolivariano.

Para los analistas, esto seguramente impida que el vínculo entre países sea tan profundo como con Chávez.  “La ‘petrodiplomacia’ se mantendrá,  sería muy mala señal cortarla. Pero no me extrañaría que el próximo gobierno chavista vea como puede reducir la ayuda a algunos clientes gradualmente”, comenta Shifter.

De esta manera,  muchas miradas se fijan fuera de Venezuela y se dirigen hacia el presidente de Ecuador, Rafael Correa. “El éxito de Chávez es el petróleo, y aunque Correa tiene un poco, Morales no lo tiene”, dice AFP Riordan Roett, experto de la Universidad John Hopkins de Washington.

“Correa no tiene la misma dimensión de Chávez, y Ecuador es un país pequeño, con una economía pequeña, mientras que Venezuela tiene las mayores reservas de petroleras del mundo”, coincide Rubens Figueiredo, de la Universidad de Sao Paulo.

Un escenario con muchas incógnitas. Lula, Nestor Kirchner y, sobre todo, Chávez, ya no están al frente. Los años dorados de la integración latinoamericana dirigida y promovida por fuertes personalidades se enfrentan ahora a la urgencia de redefinirse tras la desaparición de sus arquitectos.

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