El fabricante aeronáutico europeo Airbus ha anunciado este viernes que abandona sus planes de utilizar baterías de litio en su nuevo avión, el A350, debido a los problemas que ha tenido ese tipo de equipos en el 787 Dreamliner de su competidor estadounidense Boeing.
Una portavoz de Airbus ha explicado que se ha decidido renunciar a las baterías de litio porque la investigación sobre el 787 había generado "incertidumbres" y eso podía retrasar el programa del A350 y poner en peligro los plazos de entrega de las primeras unidades a sus clientes.
Desde hace casi un mes, se han suspendido las operaciones de todos los aparatos de esa clase de la aeronáutica estadounidense, mientras se investigan las baterías de litio y los sistemas eléctricos del aparato, que registró seis incidentes en menos de diez días.
Con el cambio, Airbus trata de asegurar que se va a "respetar el calendario", ha indicado la portavoz, quien ha insistido en que las baterías de litio que iba a utilizar en el A350 "tienen una concepción diferente" a las sospechosas de haber causado los accidentes de los 787 de Boeing.
Según esta misma fuentes, las pruebas realizadas con estas baterías en el A350 no habían planteado problemas.
Mantiene las baterías de cadmio
El constructor europeo había encargado las nuevas baterías de litio a su proveedor Saft, que también es su proveedor de las baterías de cadmio que equipan todos los aviones Airbus en servicio y que, después del cambio de la empresa aeronáutica, serán las que se utilicen en el A350.
Airbus ha eludido confirmar si esta alteración le acarreará penalizaciones, aunque su portavoz ha comentado que, en cualquier caso, plantear esa es una cuestión es algo prematuro.
El primer vuelo de prueba del A350 está previsto para el próximo verano -tal vez, durante el Salón Aeronáutico de Le Bourget, en las afueras de París, a finales de junio- y su entrada en servicio debería llegar a finales de 2014.
El A350 de Airbus es, en términos tecnológicos, de la misma generación que el 787 de Boeing, en particular, porque en ambos se recurre de forma masiva a los materiales compuestos que permiten reducir el peso y, por tanto, el consumo de carburante.